El próximo 12, 13 y 14 de agosto, Máximo Cisneros, Walter Hugo Ponce De León, Claudio Cisneros y Viterman Ponce De León se sentarán ante un tribunal en lo que será un proceso sin precedentes. Por primera vez en Argentina, un grupo de personas enfrentará un juicio oral por la caza de un yaguareté en Formosa, especie declarada Monumento Natural Nacional y en peligro crítico de extinción.
El caso ocurrió a fines de julio de 2024 en un campo de Ibarreta, departamento Patiño, al sudeste de la provincia. Según relataron los acusados, todo comenzó con la desaparición de una vaca lechera que formaba parte del sustento diario de varias familias. Máximo Cisneros, dueño del lugar, pidió ayuda a los demás para buscarla. La hallaron muerta, cerca de un yaguareté. “Los perros empezaron a enfrentarse con el animal. Mató dos perros. Nos empezó a atacar”, declaró Viterman. “Nunca vimos un bicho tan poderoso”, agregó Walter Hugo.
Según su versión, actuaron por miedo, por lo que con una escopeta vieja que llevaban consigo le dispararon. El expediente judicial indica que Claudio fue quien ejecutó el tiro fatal, aunque todos comparten la responsabilidad. Tras la muerte del animal, los hombres fueron fotografiados junto al cuerpo. “Nosotros no somos cazadores. Matamos al bicho y después nos lo comimos: no fue un trofeo como se dijo”, aseguró Hugo.
El 27 de julio de 2024, las fotos del yaguareté despellejado llegaron al celular de Ana Magdalena Gutiérrez, representante de la Subcomisión Chaqueña para la Conservación del Yaguareté. Ella denunció el hecho, que rápidamente activó a la Justicia. Apenas quedan unos 20 ejemplares de yaguareté en el Gran Chaco argentino, por lo que el caso encendió alarmas.
La Policía allanó el domicilio de Cisneros en Paraje “Las Antolas”, donde intentó darse a la fuga. Semanas después, los otros tres acusados se entregaron a la Justicia. La causa, caza de animales silvestres cuya captura está prohibida, agravada por la participación de tres o más personas, fue elevada a juicio en diciembre de 2024.
Tres de los acusados cumplen arresto domiciliario en Ibarreta y hablaron por primera vez públicamente. “Nunca supimos que el yaguareté era tan protegido. Tuvimos que decidir: era la vida del bicho o la nuestra”, dijo Claudio. Los hombres, changarines sin estudios formales, relataron que trabajaban en el monte haciendo madera y vendiéndola. “En el campo de los Cisneros vivíamos de lo que había. Ahora no tenemos nada”, explicó Hugo.
Los abogados defensores, Pablo Adrián Cardozo y Ramón Eduardo Cristaldo, destacaron que consiguieron un régimen de salidas laborales para los imputados, aunque pidieron ampliar el horario por las dificultades de traslado.
Los acusados podrían enfrentar hasta tres años de prisión. Sin embargo, más allá de la pena, el proceso tiene un enorme valor simbólico: nunca antes en el país se juzgó a personas por cazar un yaguareté. El fallo podría marcar un antes y un después en la protección judicial de especies en peligro crítico y fortalecer las políticas de conservación en la región.
Mientras el proceso avanza, el caso mantiene en vilo a ambientalistas y especialistas, que lo consideran una oportunidad histórica para reafirmar el compromiso con la preservación del yaguareté, uno de los últimos grandes felinos del Gran Chaco argentino.