El respetado escritor israelí y candidato al Nobel, David Grossman, afirmó que Israel comete un "genocidio" en Gaza

El nominado al Premio Nobel de Literatura afirmó tener el "corazón roto" por la agresión israelí en Gaza. Opinó que la "maldición" de Israel empezó con la Ocupación de los territorios palestinos de 1967.

03 de agosto, 2025 | 15.06

El reconocido escritor israelí y hace años nominado al Premio Nobel, David Grossman, afirmó tener el "corazón roto" por las imágenes y relatos que llegan desde la Frnaja de Gaza, a quien está abierto a escuchar en Israel. En una entrevista publicada en el diario italiano La Repubblica, Grosman afirmó que "con inmenso dolor" constata que la masacre y hambruna planificada en Gaza es un "genocidio"

Las palabras de Grossman dieron vuelta las redes sociales todo el fin de semana. Es uno de los escritores israelíes más respetados y, como gran parte de la población local, perdió a un hijo en la guerra del Líbano en 2006. “Siento la urgencia interior de hacer lo justo y que este es el momento para hacerlo”, dijo, al ser interpelado sobre los números los más de 60 mil muertos que se acumulan en el enclave palestino.

En una de sus últimas entrevistas, en mayo del año pasado al diario español El País, Grossman ya mostraba tristeza por la violencia y apenas iban unos meses de la guerra. “Durante muchos años me negué a utilizar esa palabra. Pero ahora, con las imágenes que he visto, con lo que he leído y oído de las personas que han estado allí, ya no puedo contenerme. Con inmenso dolor, con el corazón partido, debo constatar que está ocurriendo delante de mis ojos. Genocidio. Es una palabra avalancha: una vez que la pronuncias, no hace otra cosa que crecer, como una avalancha justamente. Y trae aun más destrucción y más sufrimiento”.

Días previos a la entrevista con el diario italiano, las organizaciones humanitarias israelíes B’Tselem y Médicos por los Derechos Humanos, acusaron al gobierno del premier Benjamin Netanyahu de estar cometiendo un “genocidio”

“Estoy mal. Aunque sé que esos números pasan a través del control de Hamas y que Israel no puede ser el único culpable de todas las atrocidades a las que asistimos. Pese a eso, leer en un diario o escuchar en las conversaciones con los amigos en Europa la yuxtaposición de las palabras ‘Israel’ y ‘hambre’, hacerlo partiendo desde nuestra historia, de nuestra presunta sensibilidad ante los sufrimientos de la humanidad, de nuestra responsabilidad moral que siempre dijimos tener hacia cada ser humano y no sólo hacia los judíos… todo esto es devastador. Y me confunde, no desde el punto de vista moral, sino personal”, comentó el escritor.

“Me pregunto: ¿cómo hemos podido llegar a este punto? ¿A ser acusados de genocidio? Aun sólo pronunciar esta palabra, ‘genocidio’, en referencia a Israel, al pueblo judío: bastaría esto, el hecho de que haya esta yuxtaposición, para decir que está pasando algo muy feo. Una vez un juez de la Corte suprema israelí dijo que el poder corrompe y que el poder absoluto corrompe de modo absoluto. Y es así como nos pasó: la Ocupación nos ha corrompido. Yo estoy absolutamente convencido del hecho de que la maldición de Israel nació con la Ocupación de los territorios palestinos de 1967. Quizás la gente está cansada de que se hable de eso, pero es así. Nos hemos convertido muy fuertes del punto de vista militar y hemos caído en la tentación generada por nuestro poder absoluto y por la idea que podemos hacer todo”, agregó al ser entrevistado por la reconocida periodista Francesca Caferri, experta en Medio Oriente.

“Debemos encontrar el modo de salir de esta asociación entre Israel y el genocidio. Ante todo, no debemos permitir que quienes tienen sentimientos antisemitas usen y manipulen la palabra genocidio. Y después tenemos que preguntarnos: ¿somos capaces, como nación, somos lo suficientemente fuertes para resistir a los gérmenes del genocidio, del odio, de los asesinatos de masa? ¿O debemos rendirnos al poder que nos garantiza el hecho de ser los más fuertes? Escucho gente como Smotrich y Ben Gvir (dos ministros israelíes de extrema derecha) decir que debemos reconstruir asentamientos en Gaza: pero ¿qué dicen? ¿No recuerdan qué pasaba cuando estábamos ahí, con Hamas que mataba a centenares de civiles israelíes, mujeres y niños, sin que pudiéramos protegerlos?", siguió.

No hemos dejado Gaza por generosidad, sino porque no podíamos proteger a nuestra gente. El gran error de los palestinos es que podrían haber podido transformarla en un lugar floreciente, pero en cambio han cedido al fanatismo y la han usado como rampa de lanzamiento de misiles contra Israel. Si hubieran decidido otra cosa quizás esto habría empujado a Israel a ceder también Cisjordania y poner fin a la ocupación hace años. En cambio los palestinos no fueron capaces de resistir a la tentación del poder: ellos nos dispararon a nosotros, nosotros les disparamos a ellos y nos hemos encontrado en la situación de siempre. Si nosotros y ellos hubiéramos sido más maduros políticamente, más valientes, la realidad podría haber sido totalmente distinta”, se lamentó.

Grossman se mostró a favor de la solución de los dos Estados, que consideró la única alternativa. Y definió “una buena idea”, la propuesta del presidente francés, Emmanuel Macron, de un reconocimiento de un Estado palestino: “No entiendo la histeria con la que fue recibida aquí en Israel”, dijo. En los últimos días también el Reino Unido y Canadá afirmaron su intención de reconocer al Estado palestino en la próxima Asamblea General de la ONU en septiembre. 

“Quizás tener que confrontarse con un Estado verdadero, con obligaciones reales, no con una entidad ambigua como la Autoridad Nacional Palestina, podrá tener sus ventajas. Es claro que deberá haber condiciones bien precisas: nada de armas. Y la garantía de elecciones transparentes en las que sea vetado cualquiera que piensa en el uso de la violencia contra Israel”, cerró.