Hace dos meses que Ecuador celebró el balotaje presidencial en el que fue refrendado Daniel Noboa pero que el correísmo, la principal fuerza opositora, no reconoció el triunfo. Aquella noche del 13 de abril, su candidata Luisa González denunció fraude y pidió que abrieran las urnas, luego de constatar que entre la primera vuelta y la segunda no había sumado ni un punto y que ese resultado final no había sido pronosticado por ninguna encuesta o boca de urna, ni propia ni ajena. Poco después, el informe preliminar de los observadores electorales de la Organización de Estados Americanos (OEA) denunció que en los centros de votación se había usado una lapicera con tinta de secado lento y eso podría haber favorecido la modificación de los votos. Además los propios fiscales de Revolución Ciudadana pudieron registrar inconscistencias en 14 mil actas. No pudieron revertir los comicios, pero están decididos a seguir denunciando para que este tipo de proceso electoral no se convierta en "un caso de éxito".
González estuvo de visita en Argentina y, en una entrevista con El Destape, reconoció que las vías judiciales en su país están agotadas porque la justicia electoral consideró "improcedente" el pedido de apertura de urnas. Además, avizora un destino similar en las instancias internacionales porque tanto los observadores de la Unión Europea como la OEA recibieron "presiones" del Gobierno de Noboa. Sin embargo, tiene expectativas de que su denuncia de fraude, que trajo y expuso en la Cumbre de Comunicación Política de la Universidad Católica Argentina (UCA), sirva de caso testigo para las elecciones presidenciales que se disputarán en la región este año y el próximo.
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- ¿En qué se basa la denuncia de fraude electoral?
- El día de las elecciones vimos con mucha sorpresa el resultado. Teníamos cerca de 11 mediciones nuestras y del Gobierno y ninguna daba una diferencia de diez puntos. Dijimos: "Aquí algo pasa, no vamos a aceptar resultados". No hubo un detonante que desmovilice el voto. Entonces decidimos no aceptar las elecciones y denunciar fraude. Lo primero que hacemos es pedir las actas de la votación y, en nuestro caso, las actas deben tener firmas de autoridades en el anverso y en el reverso. Encontramos que en muchos casos el presidente de la mesa firmó en el anverso y no en el reverso. Eso es ausencia de firmas. Además, en muchas papeletas había una firma en el anverso y otra en el reverso, una inconsistencia; y también se dieron modificaciones en el sistema informático.
- ¿Cómo una especie de hackeo?
- Sí y la misma autoridad. Los responsables de esto han bajado y subido las actas con modificaciones hasta cinco veces. Con todo esto pedimos que se abrieran las urnas, que se recuenten los votos, que se verifique qué es lo que pasó en cada una de las actas donde hay inconsistencias. Son más 14 mil las inconsistencias y, aun así, nos negaron absolutamente todo. Para contrastar, en el 2017, cuando Guillermo Lasso perdió contra Lenín Moreno, Lasso dijo que hubo fraude. Ahí abrimos 3 mil urnas y no se demostró ningún fraude, sino que Revolución Ciudadana aumentó votos. Pues nosotros pedimos en esta ocasión que, ya que ganaron supuestamente con tanto margen, se abran las urnas y se recuenten los votos.
- ¿Y cuál fue el argumento para no hacerlo?
- Que era improcedente, que no iba a haber variación de votos en un nuevo conteo. Pero después llegó el informe preliminar de la OEA en el que dice que se usó un tipo de tinta de bolígrafo que al rato del marcado se transfería entre las opciones electorales. Hay un video que nosotros presentamos en la Cumbre de Comunicación Política de la UCA donde se ve cómo un ciudadano que vota en Chile filma el momento en que se transfiere el voto. La OEA lo puso en su informe y dijo que, en muchos casos, tanto en el exterior como en Ecuador, causó nulidad en muchas actas. Claro, pero sólo fueron anuladas donde los observadores lo detectaron. El problema es que hubo 44 mil juntas donde no había observadores. Nosotros mandamos a hacer un peritaje al Instituto Canario en Europa del bolígrafo que usó el CNE y allí indicaron que es un bolígrafo de tinta acuosa, que no se seca rápido cuando la norma establece que tiene que ser de secado rápido.
- Tanto en la primera vuelta como en el balotaje resurgieron muchas críticas hacia Noboa por su deriva autoritaria y su complicidad con el Poder Judicial y electoral para, por ejemplo, modificar normas electorales a pocos días de la elección. ¿Cómo funciona esa estructura de poder?
- En el Poder Judicial hay una persona que fue fundamental en las elecciones de Ecuador del 2021, 2023 y 2025 que es Diana Salazar, la ahora ex Fiscal General del Estado. Cada vez empezaban elecciones tenía algún tipo de actuación que incluía reactivar procesos y perseguir judicialmente a actores políticos de nuestra organización. Ella renunció después de que Noboa fue declarado presidente pero previamente archivó los procesos judiciales de corrupción y narcotráfico que tenían Guillermo Lasso y Noboa y su familia. Al renunciar fue nombrada embajadora en Argentina. Pero la novedad es que, mientras ella fue fiscal, archivó los casos judiciales que tenían estas dos personas. Un año antes, en enero de 2024, ya tenía el beneplácito de Javier Milei para ser embajadora en Argentina. Así que durante todo 2024 y hasta hace dos meses actuó como fiscal persiguiendo y archivando casos de corrupción y narcotráfico, mientras ya era prácticamente una empleada de Noboa. Entonces fue fundamental el cargo de fiscal para incidir en la campaña electoral.
- ¿Qué parecidos podrías trazar entre Noboa y Milei?
- Veo una agenda muy similar en varios países de Latinoamérica que tienen líderes y autoridades progresistas o de izquierda. En los 70s y 80s, hubo dictaduras militares para tomar el control de varios países en lo que luego se transparentó como Plan Cóndor y creo que ahora estamos enfrentando un plan Condor del siglo XXI, en el que ya no hace falta usar la fuerza pública ahora se usa al Poder Judicial para proscribir, para perseguir y para bloquear que la izquierda o gobernantes progresistas puedan seguir camino. En esto veo una similitud con lo que le pasó a Rafael Correa en Ecuador, que fue procesado por "influjo psíquico", una figura que no existe en el ordenamiento jurídico como tal, con lo que le está pasando a Petro, lo que le pasa a Cristina en Argentina, a Evo en Bolivia, y lo que le pasó a Lula en Brasil, donde los fiscales jugaron un rol fundamental para la proscripción política de líderes de izquierda. Mientras se ve una derecha que empobrece, toma el control y tiene serios casos de corrupción archivados, que son prácticamente silenciados donde la prensa juega un rol fundamental.
- De hecho este fin de semana se celebró el Foro de Madrid en Paraguay donde expresamente dijeron que los casos de Milei y Noboa son una "inspiración" para las elecciones de Bolivia y Chile de este año y las de Colombia el año que viene
- Una de las razones por las cuáles nosotros estamos exponiendo el caso del fraude en Ecuador es porque se vienen elecciones en varios países latinoamericanos. Lo que se hizo en Ecuador puede ser un caso de éxito que se puede replicar en otros países y por eso sostengo que la democracia está en disputa; una democracia con una población empobrecida, atemorizada y por eso se requiere ir a un despertar de conciencia. Pero también hay autoridades que están jugando en contra y debemos rearticularnos en cuanto a lo que es el sistema de controles de elecciones, de instituciones, incluso en lo que hace a los programas informáticos. Nosotros estamos pidiendo una auditoría al sistema informático del Consejo Nacional Electoral que dudamos mucho que nos den paso, pero que hay que pedirlo, claro.
- ¿Hay alguna instancia internacional en la cual presentar estas pruebas?
- Las instancias que nos correspondían eran las de los observadores, tanto de la Unión Europea como de la OEA. Lo hicimos, pero pues, te soy muy franca, la OEA particularmente recibió presiones del Gobierno y sacó un pronunciamiento retractando la postura que ellos mismos habían tomado denunciando lo de la tinta transferible.
- ¿Cuáles son los pasos a seguir?
- Nuestra organización es la más sólida y consolidada en Ecuador. En esta ocasión sacamos muchos más asambleístas y diputados. Soy la presidenta del partido y nosotros seguimos reorganizándonos en el territorio, fortaleciendo nuestra estructura, trabajando desde las bases, con la gente y llamando a mantener la esperanza y la fe en que debemos trabajar para seguir tomando espacios de poder que puedan transformar Ecuador.