Mientras el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, prepara el rescate a Javier Milei con un préstamo directo de Washington a la Argentina, el republicano sigue con su arremetida contra Brasil. Su Gobierno impuso sanciones contra la abogada Viviane Barci de Moraes, esposa del juez del Tribunal Supremo de Brasil Alexandre de Moraes, encargado del proceso por intento de golpe de Estado contra el ex presidente ultraderechista Jair Bolsonaro, condenado a más de 27 años de prisión.
El juicio contra Bolsonaro provocó una fuerte reacción por parte de la Casa Blanca, que respondió con sanciones, lo que a su vez desató una reacción multitudinaria en el país sudamericano. Miles de brasileños se movilizaron el domingo en varias ciudades para rechazar la llamada “ley de los bandidos”, una iniciativa parlamentaria que amplía la inmunidad de los legisladores y un proyecto de amnistía que podría beneficiar al ex mandatario. Pese a esta demostración de fuerza, la administración de Trump decidió dar un paso más e incluyó en la lista negra del Departamento del Tesoro a Viviane Barci. Meses antes, ya había sumado a su esposo.
En junio de este año, la administración de Trump ya había justificado la inclusión del ministro del Supremo brasileño en la lista de sancionados, acusándolo de emprender una supuesta “caza de brujas” contra figuras de la oposición y señalándolo como responsable o cómplice de violaciones a los derechos humanos.
Con estas medidas, tanto el juez como su pareja ven bloqueados sus posibles bienes en territorio estadounidense, además de quedar prohibida su entrada al país y cualquier transacción o acuerdo con ciudadanos o entidades estadounidenses. Las sanciones también alcanzan a Lex Instituto de Estudios Jurídicos, un despacho con sede en San Pablo vinculado al magistrado, en el que su esposa figura como socia.
Tras la sanción, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, apuntó contra el juez del tribunal Supremo brasileño: "Alexandre de Moraes es responsable de una campaña represiva de censura, detenciones arbitrarias y procesos judiciales politizados, incluso contra el expresidente Jair Bolsonaro. La acción de hoy deja claro que el Departamento del Tesoro seguirá atacando a quienes brindan apoyo material a de Moraes mientras este viola los derechos humanos", aseguró a través de su cuenta de X.
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Un enfrentamiento que no para de escalar
De esta manera, Trump impuso nuevas represalias contra quienes formaron parte del procedimiento en el cual uno de sus mayores aliados fue declarado culpable de los cinco delitos que le atribuye la Procuraduría General de la República por los actos que intentaron sabotear a Luiz Inácio Lula da Silva entre finales de 2022 y principios de 2023.
La relación entre Estados Unidos y Brasil atraviesa una crisis que no tiene precedentes. Como parte de su guerra comercial contra el resto del mundo, Trump castigó especialmente al país sudamericano con la aplicación de aranceles del 50%. Los argumentos del republicano no fueron económicos, sino políticos. El republicano considera que su amigo fue víctima de una “caza de brujas” judicial y usó esta medida como especie de venganza. Durante los últimos meses, pidió abiertamente que el juicio contra Bolsonaro debía ser frenado.
En una columna que publicó en el New York Times, Lula negó que su antecesor haya sufrido una persecución política e ideológica. Luego, aseguró que la medida no es una solución adecuada para resolver las cuestiones internas planteadas por Washington y reafirmó que defenderá su soberanía frente a cualquier intento de presión o chantaje por parte del norteamericano.
Según informó la BBC, el líder brasileño argumentó que las acciones del republicano en materia de aranceles y comercio internacional están “cometiendo errores” que impactarán negativamente en la economía y en los bolsillos de la población estadounidense.