Donald Trump se anotó una victoria en la cumbre de la OTAN. El mandatario estadounidense llegó triunfante al encuentro de líderes en La Haya adjudicándose haber logrado el fin de la guerra entre Israel e Irán, y consiguió que los miembros de la alianza militar accedan a destinar un 5% del PBI en defensa, el mayor incremento en las seis décadas de historia del bloque defensivo, con la única excepción de España. El incremento era un pedido que el mandatario norteamericano hacía desde su primera administración y en la actualidad amenazó con que podría dejar sin protección a los estados miembros si no destinaban mayor dinero a su propia seguridad.
"Reafirmamos la credibilidad de la disuasión estadounidense", afirmó Trump frente a los miembros de la OTAN. Si bien hacía referencia al ataque estadounidense a las centrales nucleares, que comparó con las bombas atómicas arrojadas en Japón en Hiroshima y Nagasaki, y que consideró que fue clave para poner fin a la guerra, podría hacer referencia también al juego que hizo con los Estados que forman parte de la alianza militar. Es válido recordar que cuando el mandatario llegó a su primer mandato cuestionó fuertemente a los miembros atlánticos, gran parte de ellos, que no aportaban ni un 2% del PBI en defensa. No solo se modificó esa situación, sino que ahora firmaron un documento por el cual lo llevarán al 5% en diez.
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Dos cuestiones podría señalarse en ese contexto. Por un lado, cuando el mandatario llegó al poder por primera vez en el 2017, el presidente francés, Emmanuel Macron, hablaba de “muerte cerebral” de la OTAN, y Rusia había anexado Crimea y había sido expulsado del G7+, pero no había invadido Ucrania aún. Esa guerra fue un antes y un después en la región, que instaló fuertemente el temor europeo de la expansión del conflicto bélico, algo que para muchos estados era cosa del pasado, y por eso, sus gastos en defensa se habían reducido notablemente tras la Guerra Fría. El otro punto, tiene que ver con la postura del propio republicano de plantear que si no aumentan su dinero, no los protegería, lo cual llevó a un debate interno de la necesidad de un rearme frente a un Estados Unidos indescifrable.
De Rutte a España
Momentos previos a la cumbre en La Haya, el propio Trump publicó en sus redes los chats que había mantenido con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, en los cuales el holandés le adelantaba que ya había conseguido convencer a los miembros de la alianza para que incrementen a un 5% su gasto en defensa. Pero no solo eso, sino que las palabras con las cuales se dirigía al republicano le valieron las críticas de ser demasiado servil y buscar agradar al mandatario. “Europa va a pagar a lo GRANDE, como debería, y será tu victoria”, le escribía el titular atlántico, en algo que fue motivo de críticas en algunos sectores por mostrar cómo los estados respondían a los pedidos estadounidenses.
Otra óptica desde la cual podría analizarse es que, tras las amenazas de Trump de no defender a Europa frente a un ataque, se materializó la idea de que debían empezar a armarse, ya sea por un posible ataque de Rusia o por un probable aislamiento de la gran potencia. Por eso, es que los debates entre los mandatarios, especialmente desde la guerra en Ucrania y la presidencia del republicano, se centraron en cuestionar que dejaron su protección a cargo de un país, que si cambia de gobierno puede también cambiar su política exterior y podrían quedar desprotegidos ante una amenaza.
A diferencia de la postura de Rutte, el presidente de España, Pedro Sánchez, se desmarcó del apoyo del pedido del republicano. Si bien firmó el documento, sostuvo que solo destinará un 2,1% del PBI. “Si hubiéramos aceptado el 5%, España tendría que destinar 300 mil millones de euros extra para defensa hasta 2035. ¿De dónde saldrían? De recortes en sanidad y educación”, afirmó el mandatario español y esto lo llevó a una pelea con Trump, en un contexto complejo en lo doméstico, dado que miembros de su partido y muy cercanos a él son investigados por casos de corrupción.
El presidente estadounidense no se quedó callado y mostró su molestia con España con una amenaza más que una advertencia: “La economía de España va muy bien, pero podría torcerse si algo malo pasara. Estamos negociando un acuerdo de comercio con España y les voy a hacer pagar el doble”. La incomodidad fue tal que hasta se especuló con la foto familiar, donde Sánchez se distanció físicamente para formar parte de ella, y según informaron los propios medios españoles, hizo lo posible para evitar a la prensa e incluso cruzarse con el propio mandatario norteamericano.
Victoria de Trump
“Efectivamente creo que Trump suma un punto, es un triunfo diplomático. Todo el trumpismo usa un lenguaje exagerado, pero creo que efectivamente Trump está contento porque vimos una OTAN muy alineada con Estados Unidos. Hay bastantes evidencias de buena sintonía entre Rutte y Trump, una OTAN alineada con los pedidos de él de incrementar el gasto, más allá de alguna queja de algún país en particular. Del lado de la OTAN hay un reconocimiento de que la posición de Estados Unidos tenía algo de razón de que Europa se tiene que encargar de su seguridad”, explicó a El Destape, el titular del Departamento de Ciencia Política y Estudios Internacionales de la Universidad Torcuato de Di Tella, Juan Negri.
El especialista sostuvo que detrás de la decisión de la alianza militar de llevar adelante el mayor incremento de gasto en defensa, hay otra cuestión subyacente que tiene que ver con la confianza que se rompió con su aliado americano. “Europa se da cuenta que Estados Unidos ya no es un aliado confiable, más allá de que en las próximas elecciones puedan ganar los demócratas, Estados Unidos se ha convertido en un aliado impredecible. Entonces se dan cuenta que se tiene que hacer cargo de su propia seguridad y eso se alinea con el deseo de Trump”, agregó.
En una línea similar, el especialista en política estadounidense y consultor Joaquín Harguindey también consideró que una victoria para el mandatario republicano al conseguir que los miembros de la OTAN acceda a destinar más dinero a la defensa. “Consiguió los aumentos en gasto de defensa como porción del resto de las negociaciones, en parte como pedido a los europeos para que hagan su porción del esfuerzo, en parte por el deseo propio de los europeos de estar preparados en algún caso o escenario futuro donde tengan que valerse por sí mismos. Si no estuviera toda la atención volcada al conflicto con Irán sería un evento más relevante”, sostuvo el especialista sobre algo que podría considerarse histórico el aumento.
Trump llegó a la cumbre de la OTAN exultante con la narrativa de que fue él quien logró la paz entre Israel e Irán. Incluso, anunció que la semana que viene se reunirán las delegaciones norteamericana e iraní. Lo informó sin entrar en detalles de lo que buscarán en ese encuentro, ya que afirma que con los ataques con bombarderos destruyeron el plan nuclear, algo que desde la República Islámica desestiman e incluso desde un informe del Pentágono que se filtró a la prensa, afirman que solo logró retrasarlo unos meses. Más allá de esa información que aún no se conoce en detalle, el mandatario estadounidense que venía sin éxitos en el fin de la guerra en Ucrania o sin frenar la matanza en Gaza ni la entrega de los secuestrados israelíes, esta semana sacó chapa de su habilidad para presionar y lograr lo que quiere con sus aliados europeos, canadienses e israelíes y también con sus contrincantes como Irán.