Un terremoto de magnitud 8,8 sacudió la península rusa de Kamchatka el martes 29 de julio, activando alertas en varios países con costas sobre el océano Pacífico. El epicentro estuvo ubicado a 136 kilómetros al este de Petropávlovsk-Kamtchatski, la capital regional, a una profundidad de 19 kilómetros.
Este temblor se convirtió en el más potente registrado en Kamchatka desde 1952, y encendió las alarmas en naciones que forman parte del llamado Cinturón de Fuego del Pacífico. Se trata de una zona geológica que rodea el océano y concentra la mayor parte de la actividad sísmica y volcánica del planeta.
El Cinturón de Fuego es una extensa cadena tectónica que se extiende unos 40 mil kilómetros en forma de herradura alrededor del Pacífico, abarcando territorios desde la costa oeste de América hasta Asia y Oceanía.
Según expertos, en esta región ocurre el 90% de los movimientos sísmicos globales y se concentran cerca del 75% de los volcanes activos, lo que explica su nombre que remite al fuego constante que generan estas fuerzas naturales.
Este fenómeno se debe a la colisión y fricción entre varias placas tectónicas, que se hunden unas debajo de otras en un proceso conocido como subducción. En estas zonas, los sismos pueden registrarse hasta profundidades de 670 kilómetros, llegando hasta el límite del manto superior de la Tierra.
Además de los terremotos y la actividad volcánica, el Cinturón de Fuego es propenso a otros desastres naturales como tsunamis y deslizamientos de tierra, lo que representa un riesgo constante para las regiones aledañas.
Qué países están atravesados por el Cinturón de Fuego
Entre las placas tectónicas que definen esta área se encuentran la Placa del Pacífico, América del Norte, América del Sur, Nazca, Filipinas y Australia, entre otras.
Países como Chile, Perú, México, Estados Unidos, Japón, Filipinas, Indonesia, Nueva Zelanda y el este de Rusia, incluyendo Kamchatka, forman parte de esta zona altamente activa y vigilada por su potencial para generar grandes movimientos sísmicos.