El Gobierno de Donald Trump notificó formalmente el jueves al Congreso de sus planes para una revisión del Departamento de Estado que recortará miles de puestos, reorientará la oficina de derechos humanos hacia los "valores occidentales" y la oficina de refugiados al retorno de los migrantes a sus países de origen.
La reorganización forma parte de un impulso sin precedentes de Trump para reducir la burocracia federal y alinear lo que queda con sus prioridades de "Estados Unidos primero".
El secretario de Estado, Marco Rubio, que anunció por primera vez la reorganización en abril, dijo que el Departamento de Estado había tenido en cuenta los comentarios de los legisladores sobre el plan, diseñado para reducir una cartera que, según él, había crecido en términos de burocracia y costos sin ofrecer resultados.
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"El plan de reorganización dará lugar a un Departamento más ágil, mejor equipado para promover los intereses de Estados Unidos y mantener a los estadounidenses seguros en todo el mundo", dijo Rubio en un comunicado.
Más de 300 de las 734 oficinas del Departamento serán racionalizadas, fusionadas o eliminadas, según la notificación al Congreso, a la que accedió Reuters.
El Departamento tiene previsto suprimir miles de puestos de trabajo en Estados Unidos, reduciendo en 3.448 personas su plantilla de funcionarios y empleados del servicio exterior, de un total de 18.780 personas empleadas el 4 de mayo. Cerca de 2.000 empleados sufrirán recortes de plantilla, mientras que más de 1.500 serán objeto de dimisiones diferidas.
El jueves no se anunciaron recortes de empleo para el personal empleado localmente ni para el personal estadounidense destinado en el extranjero.
(Reportaje de Simon Lewis, Humeyra Pamuk, Jonathan Landay, Daphne Psaledakis y Caitlin Webber; edición en español de Javier López de Lérida)