El cura diputado

16 de septiembre, 2025 | 16.10

En Santa Cruz, “la provincia del nombre afortunado” como la llamaba un histórico escriba autóctono, el peronismo decidió que encabezara su lista de diputados nacionales un hombre de la Iglesia Católica y amigo del Papa Francisco: el Padre Juan Carlos Molina.

Remontados a la historia, los sacerdotes han formado parte de los momentos más importantes de la vida argentina. Desde el Presbítero Manuel Alberti que fue vocal en la Primera Junta Patria el 25 de Mayo de 1810 o los doce sacerdotes que juraron la Independencia en Tucumán en 1816 y los curas patriotas que colaboraron en la guerra de liberación con Güemes o San Martín.


Las experiencias recientes fueron las de un candidato a diputado provincial en Misiones, en 1975 por el Partido Auténtico y luego desaparecido por la Dictadura, el Padre José Czerepak, o el candidato a senador nacional en la provincia de Buenos Aires, el cura Luis Farinello. Ambos quedaron en la puerta.

Hoy en Santa Cruz la consigna indica: “Ya tiene Cura el Congreso” jugando con la certeza de que el 26 de octubre el cura de Valdocco tiene asegurada la elección.

El gobierno provincial, una especie de nuevo Cambiemos, una alianza entre el PRO algunos radicales y un par de  partidos provinciales muy antiperonistas todos, iniciaron una campaña sucia con denuncias a la administración de la Fundación Valdocco, la entidad que conduce el curita Molina desde hace décadas.

Pero nada para al cura, desde el anuncio de su candidatura provocó una verdadera revolución dentro y fuera del Partido Justicialista.

“Dicen que me pusieron con el dedo y es cierto. ¿saben que dedo me puso acá? El dedo de los más necesitados, el dedo de los pibes que se quedaron sin nada, el dedo de los jubilados a los que condenaron al hambre”, dijo el cura en su primera intervención y se compró a los pocos peronistas que no tenían a este personaje entre las posibilidades electorales.

El cura JuanKa como gusta que lo llamen ya ocupó un cargo al frente de la Secretaría del Programa para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico. Cuando dejó el SEDRONAR donde desplegó importantes políticas, volvió a la Fundación donde tiene establecimientos en El Calafate y Cañadón Seco en Santa Cruz más uno en Chaco y otro en Haití.

Los valores cristianos inspirados de solidaridad y justicia social más la humildad y la honestidad se suman a los principios fundantes del peronismo de independencia económica y soberanía política.

Una  mirada distinta para el Congreso de la Nación.

*Por César "Toti" Arizmendi