La prisión domiciliaria de Cristina Kirchner tras la confirmación de su condena en la causa Vialidad por defraudación al Estado golpeó la interna de un Partido Justicialista que por estas horas busca recalibrar la estrategia electoral. La masiva marcha del miércoles mostró un abroquelamiento de los principales dirigentes en apoyo a la ex Presidenta, y entre ellas resaltó la presencia de Sergio Massa. El líder del Frente Renovador está abocado en consolidar la unidad de un frente con tensiones que tienen su principal foco en la provincia de Buenos Aires y en resaltar la identidad del peronismo como único espacio opositor a Javier Milei. “Es peronismo vs. Milei", resume como eje.
El planteo, cuentan desde su entorno, se debe a que entiende que la movilización del miércoles fue “un punto de inflexión” que alteró el estado de deliberación y dejó un mensaje claro que es generar una propuesta que represente a las víctimas del actual modelo. El ex candidato presidencial entiende que la prisión domiciliaria de Cristina sirvió de “catalizador” para que tanto militantes como dirigentes coincidieran en un mismo reclamo: “reorganizarse, unirse y construir una alternativa” que vuelva a ser gobierno en 2027.
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Tras participar del acto, Massa mantuvo un encuentro con Malena y Sebastián Galmarini y el presidente de la Cámara de Diputados bonaerense, Alexis Guerrera. Según supo El Destape, de allí se desprendió que la marcha dejó en claro para el massismo que la condena Cristina Kirchner fue leída “no solo un ataque a su figura, sino también un intento de proscribir al peronismo” y que su traducción se verá en la concurrencia a las urnas. Confían que, a diferencia de lo que marcan hasta acá en los comicios provinciales, en el territorio bonaerense no se ratificará esa tendencia.
“Se tocó el orgullo peronista”, describieron como para explicar que ese votante que hasta acá tenía decidido no ir a las urnas es un voto en contra de Milei que no se veía seducido por la oferta peronista, pero que ahora irá a defender esa identidad. Eso sí, apuntaron que el desafío pasará porque el peronismo cambie el chip y pase a "pensar en ganar y gobernar, no solo en resistir".
Massa recibió un sondeo realizado por su propio equipo en el que se destaca que en las últimas semanas tanto a Javier Milei como Cristina Kirchner mejoraron en imagen. Es decir, la polarización se profundizó por los cruces entre ambos. Y también se observó que la imagen del propio Massa experimentó un crecimiento entre esos mismos votantes convencidos, producto de su defensa a CFK que se evidenció no solo en la presencia en el acto sino en un comunicado del Frente Renovador donde, previo al fallo de la Corte Suprema, se afirmó que “el caso Vialidad no tiene ningún sustento jurídico ni respeto por el principio de responsabilidad objetiva del derecho penal”.
Así las cosas, quien fuera uno de los máximos exponentes de la denominada “ancha avenida del medio” años atrás, hoy observa que no hay lugar para una tercera vía. Como se lo graficó uno de sus dirigentes más cercanos: “Ni un sendero queda en el medio”.
La semana que viene Massa tiene previsto volver a reunirse con el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof y el líder de La Cámpora, Máximo Kirchner. En el massismo están convencidos de que hay predisposición a que haya una lista de unidad y destacan que las encuestas que manejan demuestran que el panorama es auspicioso si eso ocurre. "Si estamos todos juntos nos dan muy bien", sintetizan.
En esa mesa se retomará la búsqueda de una estrategia común y a la que el tigrense busca imprimirle la idea de que haya tanto en septiembre como en octubre una boleta que diga “frente peronista” y que en las nueve elecciones (las ocho seccionales y la nacional) tengan caras nuevas o al menos no las más conocidas para la sociedad general. Intendentes y dirigentes jóvenes; y en la usina massista deslizan nombres como los de Federico Achával (Pilar), Nicolás Mantegazza (San Vicente) y Juan Andreotti (San Fernando).
En ese encuentro no está previsto que participen Juan Grabois y Guillermo Moreno. El primero viene de tener un contrapunto con Massa en la última reunión del PJ. Allí propuso llamar a la abstención en la elección, algo que el tigrense rechazó de plano, y horas después salió a retirar la idea. “En esta etapa se necesita de todos. Cada dirigente debe aportar desde su lugar a la construcción de una alternativa real al modelo de Milei. Nadie sobra”, bregaron desde el Frente Renovador.
Respecto a esta etapa, el análisis de Massa pasa por una elección de medio término en la que el peronismo compita con una identidad nítida y que recién en 2027 se busque un frente más amplio. “Ahora es momento de saber cuánto tiene cada uno y en dos años buscar una herramienta de la que formen parte todos los que no están de acuerdo con las políticas de este gobierno”, resumen desde su mesa política. Allí pretenden incluir a radicales que mostraron oposición a Milei, entre los que se destaca Facundo Manes.
Desde la derrota en la elección presidencial y desde que dejó su lugar al frente del Ministerio de Economía, Massa mantuvo un perfil bajo sin entrevistas y con puntuales apariciones públicas. Aunque intendentes de su espacio le reclaman que encabece la elección de la Primera Sección, a sus íntimos les confía que en esta etapa se ve como “un arquitecto de la unidad”. De todos modos, nadie descarta de forma determinante que vuelva a ponerse al frente de una campaña: “Sergio va a estar donde el peronismo, el país y la gente lo necesiten”.