El gobierno de Javier Milei continúa con su modelo de apertura de importaciones y ahora permitirá que los termos chinos lleguen al país sin aranceles. Al anunciar la medida, el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, se burló de la empresa Lumilagro, que desde hace 80 años fabrican estos productos y que será, junto con sus casi 130 trabajadores, una de las principales afectadas por la medida.
"Una historia que te dejará más frío (o caliente) que el agua en un termo Lumilagro", dice el título de un largo hilo que Sturzenegger publicó en su cuenta de X. En su mensaje, el ministro dio su explicación sobre la Resolución 853/25, firmada por el ministro de Economía, Luis Caputo, con la que se da "por concluido, luego de 23, años el régimen de protección antidumping a la industria de los termos".
Desde el 2001 que el mercado de termos de vidrio estaba regulado por esta medida, que protegía a la industria nacional de la llegada de productos importados similares pero con un precio muy inferior. Luego, en 2004, la medida se extendió a los de acero inoxidable, motivo por el que Sturzenegger calificó de "kirchnerista" esta política proteccionista. Sin embargo, incluso en 2019 durante el gobierno de Mauricio Macri, esta medida fue prorrogada por otros cinco años más.
Por qué contra Lumilagro
"La medida del kirchnerismo imponía un precio mínimo de 15 dólares para la importación de un termo. Usemos los datos de 2023 para evaluar el costo de la medida. En ese año se importaron 12 millones de dólares de termos a un precio promedio de 11,4 dólares", planteó el ministro en su mensaje, y luego siguió: "Como los más baratos tenían que pagar un diferencial a los 15 dólares, la medida generó un costo extra para los consumidores de unos 4 millones de dólares. En los 23 años de protección serían unos 90 millones de dólares. Ese es el monto en el que las familias argentinas, ricas y pobres, tuvieron que poner para proteger a Lumilagro".
En este mismo posteo, Sturzenegger recordó un spot de campaña de 2011 de Cristina Kirchner, en el que el dueño de Lumilagro, Jorge Nadler, narraba lo que tuvo que atravesar en los años '90 producto de políticas aperturistas similares a las que impone el Gobierno libertario. "En los '90 entraban esos termos berretas de afuera hechos con dos mangos y casi nos vamos al tacho. Se quedó gente sin trabajo, un desastre, porque el problema no es competir, el tema es en qué condiciones competir", afirmaba.