Los hermanos Milei no negocian. Someten o se someten. Una dinámica que les dio resultados mientras duró el envión del comienzo de mandato ahora les juega en contra en circunstancias más empinadas. La economía y la política ya no se ordenan por el peso específico del presidente y hacerlo requiere herramientas que este gobierno no tiene en su repertorio, que se reduce apenas a someter o ser sometido. La consecuencia es un aislamiento que no solo se hace más profundo, sino que también se hace más evidente. Perseguidos por investigaciones de corrupción y paranoicos por los enemigos que se hicieron en el camino, los Milei se juegan un pleno en las elecciones. Si ganan, es toda suya. Si pierden, también.
En las horas previas al cierre de listas en la provincia de Buenos Aires, las condiciones que imponen Karina Milei y sus armadores, Lule Menem y Sebastián Pareja, tensionan la unidad del armado oficialista y hacen volar por los aires lo que quedaba del PRO. Hace una semana, Cristian Ritondo, Diego Santilli y Guillermo Montenegro firmaron el acuerdo de unidad y sacaron un comunicado donde aseguraban que “todos los intendentes del PRO integran el frente con La Libertad Avanza”. Hoy, el futuro de la mayoría de los 13 jefes comunales que usan el sello fundado por Mauricio Macri es una duda. Las negociaciones están en punto muerto y muchos llegarán al cierre del sábado por afuera del armado libertario.
Ayer por la tarde se confirmó la primera fuga. El intendente de Pergamino, Javier Martínez, dio a conocer su decisión de sumarse a Hechos, el espacio que lanzaron los hermanos Passaglia, de San Nicolás, para competir en la segunda sección electoral. Martínez es un dirigente que responde a Daniel Angelici y, a través suyo, hoy funciona en el ecosistema de Jorge Macri. Un segundo desertor podría hacer oficial en las próximas horas su salida. Se trata de Diego Reyes, jefe comunal de Puan, que no consiguió ponerse de acuerdo con los enviados de Pareja. Para anunciar la ruptura Reyes espera decidir si su futuro está en Potencia, el espacio de María Eugenia Talerico, o si va a sumarse a Somos, con Facundo Manes.
Algo similar les ocurre a Lisandro Matzkin, de Coronel Pringles, y a María Gentile, de 9 de Julio, que pueden cerrar con Somos, con Hechos o ir con boleta corta. En el caso de Gentile la relación con los libertarios está rota desde que los concejales de Milei le hicieron un pedido de destitución y la denunciaron ante el Poder Judicial. En Campana, Sebastián Abella, y en Junín, Pablo Petrecca, no pueden ponerse de acuerdo con los libertarios en el reparto de lugares en las listas. Karina Milei pide los tres primeros espacios en todas las secciones y a los intendentes amarillos, le exigen cargos en sus gabinetes para dirigentes libertarios a cambio de ceder los lugares importantes en las listas.
En los partidos donde no gobierna el PRO Karina también exige quedarse con los primeros tres lugares de cada lista. Como La Libertad Avanza se reservó para sí dos de los tres apoderados en cada partido y las decisiones se toman por mayoría, ni siquiera necesita acordar. Ante esta circunstancia, muchos dirigentes que son oposición en sus distritos también están pegando el salto. El jefe del bloque de concejales en Tandil, Juan Manazzoni, se pasó a Hechos. En Lincoln, la concejal Adela Walberg renunció a través de sus redes sociales y dijo que el PRO de esa ciudad “no participa de la lista” violeta. En Rauch, los referentes del partido también ratificaron una alianza con la UCR que los deja afuera del acuerdo con LLA.
El resultado manda y el lunes 8 de septiembre se harán las cuentas. Un triunfo para los Milei ratificará la primacía libertaria entre el electorado de derecha, a pesar de la resistencia de algunos dirigentes que se niegan a plegarse. Una derrota pondrá el foco en los puentes incendiados antes de tiempo, las promesas incumplidas y los aliados a los que se les dio la espalda, una crítica en la que resuena el eco de otros fracasos recientes, como las derrotas parlamentarias que comenzaron la semana pasada pero podrían seguir acumulándose pronto. La interna que burbujea a fuego lento en la Casa Rosada aguarda el recuento de votos para ratificar liderazgos o darle aire a los críticos internos. La suerte está echada.