El colonialismo de hoy y la traición de Georgieva a Francisco

Trump amaga con darle a Milei un financiamiento extra para que no descarrile. La jefa del FMI, el camaleón que defraudó al Papa. Macri, los comprados del PRO y el pánico externo a la derrota de LLA en provincia.  

27 de abril, 2025 | 00.05

Tres días antes de llamar a votar por Javier Milei desde la asamblea de primavera del FMI, Kristalina Georgieva despidió con “profunda tristeza” al Papa Francisco a través de las redes sociales. “Su compasión, humildad y firme compromiso con la justicia inspiraron a millones”, escribió. Con su brutal sincericidio, la directora gerente del FMI blanqueó su intervención política en una Argentina atada a la deuda. 

Alineada con el mensaje que bajó Scott Bessent durante toda la semana en Washington, Georgieva delató la promiscuidad de un organismo que se involucra en la campaña electoral, después de financiar a un gobierno que quema las reservas que no tiene para sostenerse en el poder. Pero también reveló mucho de su propia esencia personal. Después del final traumático de Mauricio Macri, la economista búlgara le permitió al Fondo lavarse la cara en tiempo récord. Con sonrisas y un lenguaje adaptado a las circunstancias, buscó disimular la responsabilidad en un endeudamiento irregular que representaba 1227% la cuota que le correspondía a la Argentina como miembro del organismo. No solo confraternizó con el gobierno del Frente de Todos: también se amparó en el liderazgo del jesuita que acaban de despedir cientos de miles de personas en Roma y en todo el planeta.

El Papa argentino murió convencido de que la deuda era un mecanismo de asfixia y sometimiento. La definió hasta el cansancio como “un instrumento de control” de las instituciones financieras de los países ricos sobre los países pobres. Lo dejó asentado en las encíclicas que escribió y en los mensajes que repitió, incluido el último que difundió en Pascuas, cuando reiteró que “la deuda y sus intereses alejan a los países de las posibilidades viables de su economía y a los ciudadanos de su poder adquisitivo real”.

Apenas iniciado el último gobierno peronista, en febrero de 2020, la jefa de la burocracia de Washington participó de un encuentro organizado por Francisco en el Vaticano. Unos días antes de la jornada titulada “Nuevas formas de solidaridad hacia la inclusión, la integración y la innovación fraternales”, Francisco la recibió en el Vaticano, sin que casi nadie lo supiera. Georgieva se hospedó en el hotel Santa Marta, la residencia que Jorge Bergoglio eligió para vivir en rechazo al suntuoso Palacio Apostólico Romano que sus antecesores habían ocupado desde 1903. Tanto en el peronismo como en los sectores de la Iglesia cercanos al jesuita, coinciden en que el Papa intervino en defensa de su país. En la cita con Georgieva, alternó la amabilidad propia del hospedaje con un reclamo en términos no tan diplomáticos para que el organismo dejara de condicionar a la Argentina. “Ustedes están esclavizando a la población. No pueden prestarle a un país que no puede pagar. No hay derecho a comprometer así a las futuras generaciones”, le dijo. No era un mensaje restringido al ámbito privado. 

Unos días después, Francisco aprovechó las jornadas de las que participó Georgieva para hacer suya una frase de Juan Pablo II. “Es ciertamente justo el principio de que las deudas deben ser pagadas. No es lícito, en cambio, exigir o pretender su pago cuando éste vendría a imponer de hecho opciones políticas tales que llevaran al hambre y la desesperación a poblaciones enteras. No se puede pretender que las deudas contraídas sean pagadas con sacrificios insoportables. En estos casos es necesario encontrar modalidades de reducción, dilación o extinción de la deuda, compatibles con el derecho fundamental de los pueblos a la subsistencia y el progreso”, advirtió. Es lo que el peronismo de la más rara unidad no logró hacer valer bajo el supuesto de que las deudas con el FMI son sagradas y no producto de un apoyo político para presidentes que actúan como embajadores del actor que el Papa cuestionaba sin piedad, el poder financiero internacional. 

La historia se repite con los mismos de siempre. La presión descomunal de Trump vía Bessent para que el organismo vuelva a violar sus propios criterios fue tan alevosa que algunos buscan despegarse, como lo ilustró la nota que publicó la agencia Bloomberg. Para salvar a Milei, el FMI decidió entregarle un primer desembolso que equivale al 75% del préstamo en menos de un año. Nunca había superado el 50% y en la mayoría de los programas el primer desembolso había rondado el 25%. 

La deuda que heredará el próximo gobierno es una hipoteca, pero también un lazo que ata la suerte de Milei con la reputación en permanente declive del organismo. Después de la aprobación del nuevo programa de Facilidades Extendidas que Georgieva firmó con el gobierno de LLA, la deuda de la Argentina pasó de representar el 36,9% de lo que el FMI tiene prestado a representar el 43,1%. 

Mientras Francisco reclamaba por una “arquitectura financiera que conduzca a la creación de una carta financiera global” para romper el “círculo vicioso de financiación de la deuda” y advertía en privado que el Fondo estaba organizando un salvataje a los bonistas de Wall Street con el nuevo préstamo para Argentina, Georgieva ensaya una conversión en la que se mimetiza con el gobierno de turno. Como un camaleón. 

Si antes hablaba de “sostenibilidad de la deuda” y “relaciones constructivas”, ahora usa una motosierra como pin, dice que “esta vez es distinto” y llama a votar por la extrema derecha. Le falta conocer el estudio de Carajo y cantar que le interesa cero la opinión de los kukas.

Aunque posa pulgares arriba con el outsider Milei y su ministro Caputo, la ascendencia en el Fondo es del insider Federico Sturzenegger. Tal como reveló El Destape en junio del año pasado, el ministro de Desregulación promovía abandonar el control de cambios sin tomar deuda ni recaudos de ningún tipo: con la sola fe en el dios mercado. 

El ex funcionario de Cavallo, De la Rúa y Macri tiene entre sus amigos y conocidos a Rodrigo Valdés, el director del Departamento para el Hemisferio Occidental que resucitó para desligar a Georgieva de la campaña en la que se metió solita. La lista de contactos de Sturzenegger incluye al antecesor de Valdés en el cargo, el brasilleño israelí Ilan Goldfajn que hoy es presidente del BID, y a Olivier Blanchard, el ex economista jefe del Fondo que fue profesor suyo en el MIT. 

La jefa del Fondo se fue al pasto cuando le pidió a los argentinos que no descarrilen y voten a Milei. Pero no hizo más que acentuar lo que el organismo había sugerido en las 138 páginas de la letra chica del nuevo acuerdo. Ahí, el FMI habla en tres ocasiones (páginas 28, 88 y 138) del riesgo que representan las elecciones para la aventura de la extrema derecha. Son legislativas, pero Milei se juega mucho y no compite solo: Trump y el Fondo también van a elecciones. 

Aunque perturbe a los que lo demonizaron en vida, Francisco dejó un mensaje que ayuda a entender el presente. “Después del político, se ha desencadenado un colonialismo económico, igualmente esclavizante. Es un colonialismo más sutil y menos llamativo, que vacía a los pueblos de libertad y autodeterminación”, decía. La última vez, en septiembre pasado, fue todavía más explícito. “Pienso en mi país, donde el colonialismo se llama litio y se explota a tanta gente”, afirmó en el Primer Encuentro Mundial con Movimientos Populares. El litio es el mineral que mencionó Georgieva el jueves, junto con el gas y el sector agrícola.

El secretario del Tesoro de Trump le acaba de dar la razón a Bergoglio con sus elogios a Milei y la confesión de que Estados Unidos analiza entregarle un crédito directo. Bessent deslizó en un encuentro organizado por JP Morgan que podría utilizar parte del Fondo de Estabilización Cambiaria para blindar al peón argentino de la extrema derecha, algo que Estados Unidos no hace desde hace 30 años, cuando Bill Clintón auxilió al México de Ernesto Zedillo con 20 mil millones de dólares. ¿Qué no entregaría Milei a cambio de una ayuda de ese tipo? Nada es gratis. 

La jefa del FMI le debía mucho al Papa argentino: en 2021, cuando su cabeza estuvo a punto de rodar, buscó amparo en Su Santidad. Ese año, Georgieva enfrentó una denuncia motorizada por el entonces presidente del Banco Mundial, David Malpass, que la acusaba de haber beneficiado a China durante su gestión en el organismo, en el año 2018. Malpass trabajó para Ronald Reagan y George W. Bush, pero se consagró como asesor del primer Trump y fue propuesto por él para el BM. El republicano llegó a contratar al estudio de abogados Wilmer Hale y activó para que The Economist exigiera la renuncia de la jefa del Fondo en un editorial. 

Francisco advirtió la traición de Georgieva y le negó una bilateral en el encuentro del G7 del que participó en junio de 2024. La economista se convirtió a la lógica Christine Lagarde, la antecesora que le dio a Macri el préstamo demencial de 57 mil millones de dólares. Desde hace 14 años, tras la salida escandalosa de Dominique Strauss-Kahn, el FMI elige mujeres para ejecutar la misma política de siempre. 

Destino o premeditación, Georgieva esperó a que el Papa argentino se muriera para hacer campaña por Milei. Ya antes había operado para ignorar el criterio 4 que fija el organismo antes de aprobar un crédito de Acceso Excepcional: la necesidad del consenso político e institucional que Milei no cumplió. El presidente se desdijo de lo que prometió en una de sus visitas a Antonio Laje, ignoró la llamada ley Guzmán y firmó un decreto para tomar un préstamo de campaña. Si fuera de otro signo y tuviera otra orientación, el próximo gobierno podría desconocer los 20 mil millones de dólares que le dan al ex panelista.

En medio de su arenga pro Milei, Georgieva defendió el jueves la independencia de los bancos centrales. La excepción debe ser Santiago Bausili, el socio histórico de Luis Caputo que decide no acumular reservas y usar la nueva deuda para financiar la campaña de LLA. Nadie puede creer la supuesta indignación del Fondo porque el gobierno quiere el dólar en el piso de la banda: con la adicción de Toto a la timba, estaba claro desde el primer momento que el préstamo llegaba para blindar las candidaturas de Milei.  

Las elecciones de medio término obsesionan en el FMI y en Wall Street. Si va a fondo con su campaña, Georgieva debería pedirle a Lagarde, hoy reciclada como presidenta del Banco Central Europeo, que interceda ante Macri para lograr el acuerdo PRO-LLA en la provincia de Buenos Aires. Tras fracasar en el intento de “que todo el país termine enamorado” de Lagarde, el ex presidente es el furgón de cola de un marginal de la política. 

Un día antes de que Georgieva le pidiera a los argentinos votar a Milei, Macri viajó a Mar del Plata para hacerle un abrazo de oso a Guillermo Montenegro. El ingeniero busca una forma decorosa de diluir su rendición incondicional. Por eso, filtró el audio en el que inscribió  la estampida de ex macristas en la saga de Kueider. Según el neomileista Diego Valenzuela, son 150 funcionarios los que abandonaron a Mauricio para saltar a la extrema derecha. 

Macri fue a La Feliz con Cristian Ritondo, un eslabón al que Karina y Javier Milei consideran como propio. Ritondo conoce bien a “Lule” Menem desde la década del noventa y hoy funciona como rueda de auxilio de su sobrino Martin en el Congreso. Al lado de Montenegro, el diputado del PRO posó con Lule y Karina en Casa Rosada dos semanas antes de que Macri denunciara la compra de dirigentes. Con ellos estaba también Sebastian Pareja, otro ex menemista que hoy dirige la estrategia de LLA en provincia, pero aparece distraído en otras disputas.

En los últimos días, el subsecretario de Integración Socio-Urbana quedó enredado en el escándalo en San Lorenzo. Mientras algunos lo señalan como socio del detonado Marcelo Moretti, otros lo ven en el intento de que la Inspección General de Justicia intervenga el club. Pareja tiene un enemigo íntimo que lo sigue a todos lados: Joaquin De la Torre, otro cuervo que está enfrentado a Karina y se mantiene bajo la órbita de Milei gracias a las promesas -incumplidas- de Santiago Caputo. De la Torre desprecia a Pareja tanto como Caputo y puede complicar la campaña que tanto preocupa al FMI. Si en un contexto de inflación en alza y destrucción de empleo no se ponen de acuerdo en el armado para enfrentar al peronismo, van a contribuir al descarrilamiento de Milei.