El gobierno de La Embajada, la risa de Magnetto y dos respuestas sociales que pueden definir la elección

El gabinete de Milei delató en el Palacio Bosch la deuda que tiene con Trump. El Ceo de Clarín y una exhibición pública que enfureció al presidente. Mientras los dolares se van por la canaleta del atraso, el gobierno aumenta el gasto de campaña. Una radiografía del trabajo en el año electoral.

29 de junio, 2025 | 00.05

Cuatro días antes, Estados Unidos había lanzado su mayor ofensiva militar en mucho tiempo, con un daño que el Pentágono definió como “extremadamente severo”. Un ataque unilateral de 37 horas con más de 125 aeronaves, 7 bombarderos B-2 y 14 bombas “bunker-buster” de 14 toneladas que apuntó a destruir los principales centros nucleares iraníes y causó al menos 220 muertos. Con la llamada Operación Midnight Hammer, Donald Trump violó todas las reglas al mismo tiempo: bombardeó sin un respaldo mínimo, en forma inconstitucional y sin autorización del Congreso de su país, no demostró que Estados Unidos hubiera sido agredido o estuviera a punto de serlo y cometió un acto ilegal para el derecho internacional, sin  recurrir a Naciones Unidas ni tener el aval de la OTAN. En palabras de Juan Tokatlian, Trump actuó sin evidencia ni inminencia, las condiciones básicas para lograr un átomo de legitimidad en el uso de la fuerza, y llevó al extremo el colapso de un orden liberal basado en reglas. 

En el Palacio Bosch, el impacto de las bombas no se sintió y la fiesta fue estupenda. El gabinete de Javier Milei estaba eufórico. Patricia Bullrich, Luis Caputo, Mario Lugones, Guillermo Francos, Mariano Cuneo Libarona, Santiago Bausili, José Luis Espert, Sergio Neiffert, Diego Kravetz, Paul Starc y los violáceos Cristian Ritondo y Diego Santilli dieron el presente en el Día de la Independencia de Estados Unidos, convocados por Abigail Dressel, la encargada de negocios que oficia como embajadora interina en Argentina. El más buscado era también el más incómodo. Santiago Caputo se movía escoltado por sus groupies a tiempo permanente. El ministro sin cartera lo admitía sin problemas: era la primera vez que iba pero ya estaba arrepentido. Mientras algunos le pedían selfies otros lo miraban con desprecio.

Los funcionarios de Milei tenían que agradecer el nuevo préstamo electoral que el FMI le entregó a la derecha argentina por presión de Triump para sostener el dólar barato en campaña, con un desembolso inicial que no tiene antecedentes y la visita relámpago del secretario del Tesoro Scott Bessent. A traves del Fondo, es Trump el que sostiene a Milei y su embajada puede reclamar acciones de gobierno. 

La guerra en Medio Oriente es un capítulo aparte. En un contexto opuesto al de los años noventa, con un mundo multipolar y una potencia emergente como China, Milei repite el error que cometió Menem y terminó con dos atentados terroristas en Buenos Aires: el peligroso alineamiento con Trump y Benjamin Netanyahu.

En el ala opuesta del Palacio, lejos del elenco de extrema derecha, brindaban con el Extra Brut Rosé de Huentala Wines los altos exponentes de la familia judicial que lograron la condena a Cristina Fernandez de Kirchner. Los jueces Julian Ercolini -el turista de Lago Escondido- y Andres Basso y los camaristas Mariano Borinsky y Mariano Llorens. Nadie se inmutó porque Estados Unidos decidiera violar las leyes dentro y fuera de sus fronteras. 

Por encima de todos ellos, en ese mismo salón, el protagonista central era el Ceo de Clarin Héctor Magnetto, eufórico como tal vez nunca se lo vio. De extremo perfil abajo, el histórico líder de la organización político-empresarial que en agosto cumplirá 80 años decidió ir a la celebración del 4 de julio. Estaba claro que quería hacerse ver y la embajada lo entendió bien: por eso lo distinguió con una foto oficial que, por alguna razón, Clarín decidió ignorar en su propia construcción de la realidad. 

El holding viene de comprar Telefónica con un préstamo de un grupo de bancos. Según el dictamen de 127 página de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, que el gobierno de Milei difundió con escaso eco hace 10 días, la operación genera una concentración que ronda el 60% del mercado en telefonía digital a nivel nacional y asciende hasta al 95% en muchas localidades del país. Con los activos de Telefónica en el Sur del país y Telecom en el norte, el gigante fusionado sería el único operador con capacidad para ofrecer paquetes de telefonía móvil, internet, televisión paga y telefonía fija.

Magnetto también viene de lograr el objetivo que perseguía desde hace 17 años, cuando inició un enfrentamiento sin retorno con el kirchnerismo y se propuso sacar de la cancha a la ex presidenta. Como sea. Peones de una estrategia que no conducen, los jueces que deambulan entre Lago Escondido y la embajada le cumplieron el sueño.

Todos tenían motivos para brindar: en un año y medio de Milei en Casa Rosada, el bloque de intereses que se reparte las acciones del poder ajustó hasta el hueso, aumentó por decreto en 20 mil millones de dólares la deuda con el FMI y ordenó la prisión domiciliaria para la principal líder de la oposición. Milei, que ahora reclama la autoría de la última decisión, hizo todo lo posible para impedirla, pero a él también se lo llevaron puesto. Como con la compra de Telefónica. Por eso, el ex panelista, que tenía su propio grupo empresaario para quedarse con Telefónica, mostró su enojo en las redes cuando se difundió la imagen soberbia de Magnetto en el Palacio. 

El mismo día en que una facción del poder fue a ratificar su membresía en La Embajada, una marcha de trabajadores argentinos nucleados en las tres centrales sindicales copó las calles de Buenos Aires durante horas. Alrededor de 100 sindicatos y organizaciones que conforman el Frente de Lucha por la Soberanía, el Trabajo Digno y los Salarios Justos marcharon contra el plan Milei con una particularidad: lo hicieron sin la convocatoria de la cúpula de la CGT.  La nueva corriente unió a los sindicatos del transporte nucleados en la CATT con la UOM, Aceiteros, los gremios estatales y las organizaciones sociales. 

Entre los miles de trabajadores que se plegaron al reclamo había realidades opuestas. Los que ganan un millón de pesos en mano  hasta los que tienen los mejores sueldos de la Argentina. Pero también sensibilidades encontradas. Lo admiten los líderes de la convocatoria: muchos de los afiliados que salieron a la calle votaron a Milei. Es parte de un cuadro que se repite con manifestaciones crecientes contra el ajuste en el sector público como las del Hospital Garrahan y el Hospital de Clínicas y los despidos que se propagan en el sector privado, desde Molinos Río de la Plata de Perez Companc hasta Georgalos, donde la empresa que produce las golosinas más vendidas del país echó a los trabajadores que participaron de una medida de fuerza convocada por el sindicato de Alimentación de Rodolfo Daer. Al margen de la Constitución, la ley de los dueños se escribe en los hechos. 

Aunque había 8 de los 38 miembros del Consejo Directivo de la central de Azopardo, la movilización insinuó una ruptura de facto con la conducción que un día antes había enviado a Gerardo Martinez a sentarse en Casa Rosada con Francos y Federico Sturzenegger, el blanco principal de la marcha. El jefe de la UOCRA se prestó para la exhumación de los restos del Consejo de Mayo junto a Alfredo Cornejo, Cristian Ritondo, Carolina Losada y el titular de la UIA Martin Rappalini.

Sturzenegger es el autor del decreto 340, con el que el gobierno pretendió limitar el derecho a huelga y le abre la puerta a que personal extranjero reemplace a los empleados argentinos que trabajan en el comercio exterior. En el acto de La Libertad Avanza en La Plata, el lanzamiento de la extrema derecha en la provincia de Buenos Aires, el ex funcionario de Cavallo, De la Rúa y Macri estaba como poseído. Festejó el despido de 50 mil empleados estatales y le pidió a los presentes que se conviertan en predicadores de la motosierra. Quiere escalar con un nuevo ministerio.

La inversión estatal para la campaña de Milei

Milei no solo financia con deuda el dólar barato que sostiene la inflación a la baja. Además, desde que arrancó el año electoral, empezó a gastar más. Según los datos del Banco Provincia, entre enero y mayo, el gasto primario aumentó 5% interanual en términos reales y un 14% si se tiene en cuenta que el ajuste en subsidios se facilitó con la baja del petróleo y el dolar planchado. En relación al brutal ajuste de 2024 sobre el sistema previsional, el gobierno decidió una mejora interanual del 27% en jubilaciones y pensiones y un aumento del 132% en las transferencias a las provincias. Además, subió un 25% adicional las asignaciones por hijo, embarazo y familiares, una diferencia crucial y sintomática con el ajuste que el Frente de Todos ejecutó en 2023 sobre sus propios votantes. Junto con el incremento en la AUH, Milei aceleró con el hachazo sobre las demás prestaciones sociales (-11%), como la Tarjeta Alimentar, el Potenciar Trabajo y el Plan Progresar. 

El informe coordinado por Matías Rajnerman muestra que el escenario es paradójico. Según el INDEC, en abril los salarios formales cayeron 0,3%, perdieron 1,3% en relación al cierre de 2024 y quedaron 7,2% abajo del promedio de 2023. En cambio, el salario en dólares está hoy casi 90% arriba del promedio del último año del peronismo en el gobierno. Mundos paralelos: mientras el consumo de bienes durables, con alto contenido importado, crece a tasas de 2 dígitos; el consumo de alimentos, textiles y otros rubros livianos que cae más de 10%.

El último informe de Suramericana Visión apunta al reverso del dólar barato. El superávit comercial en los primeros 5 meses de 2025 es un 80% más bajo que el acumulado a mayo de 2024: son 7000 millones de dólares que se perdieron para sostener un dato de inflación artificial. Además, según el INDEC, sólo en el primer trimestre de 2025, el déficit en la cuenta corriente escaló a U$S 5.191 millones debido al aumento de las importaciones y el récord de turistas que salieron de la Argentina y provocaron un déficit de 3464 millones de dólares, ya antes de la euforia por el Mundial de Clubes. 

El resultado es que el gobierno ignora la meta de acumulación de reservas con el aval del mismo FMI que debería exigir su cumplimiento. La misión intrascendente que encabezó el nepalí Bikas Joshi lo confirmó. Con la presión de Bessent y la conversión de Georgieva, el Fondo avala los desvaríos de un gobierno que siente como propio. Pero las alarmas están encendidas.

Con el Circulo Rojo recostado sobre Milei, en la elección de medio término van a entrar en disputa dos respuestas ante la crisis. Por un lado, la respuesta organizada, que se ve cada vez más en las calles, de los que se reconocen como víctimas de un plan que no le tocó un pelo a la casta. Por el otro, la respuesta de los no organizados que se inventan cada día su sobrevida. Titulado “Las y los novísimos trabajadores ¿Cuántas changas para un salario digno?”, el estudio de la Fundación Ebert Stiftung indaga en el pensamiento de los trabajadores que votaron a Milei. Detalla la conexión del presidente con las nuevas generaciones de plataformizados, pero también marca los límites de una adhesión que está a prueba como nunca debido a que las elites no sufren el ajuste. Historias múltiples confirman que las identidades laborales son híbridas. Una profesora de secundario que completa su sueldo en Only Fans, un nieto que le dice a su abuela que apueste en el casino online, un universitario de Jujuy que se inspira en Luzu y Olga para crear su canal de streaming con amigos, un empleado público bonaerense que vende ropa por las redes sociales, una estudiante de programación que trabaja en Rappi, un joven comerciante cordobés que invierte en bitcoin y se perfila para trader, un riojano que hace Uber Moto de día, atiende una librería a la siesta y a la noche invierte en crypto. El trabajo único está en extinción, se mezclan la formalidad y la informalidad, el sector privado y el sector público.  

Elaborado por Esther Solano, Pablo Romá y Cecilia Feijoo, el estudio -que fue presentado en la CGT y la CTA- muestra trabajadores guiados por el héroe individual reverso de El Eternauta. Frente a la pulverización de ingresos, muchos asumen la autoexplotación y la ven incluso como liberación de las “cadenas colectivas”. En el capitalismo digital, la vieja precariedad laboral se ofrece en un envase seductor y las personas que no acceden a los beneficios de la organización colectiva buscan salir adelante solas. Como pueden. Son subjetividades moldeadas a la intemperie del Estado, que la extrema derecha leyó antes y mejor. Pero todo tiene un límite, cuando la plata no alcanza y la enorme mayoria trabaja el doble o el triple para ganar lo mismo.