El peronismo ante Milei o el dilema de la unidad sin proyecto común

La elección en provincia de Buenos Aires proyecta dos alianzas por default. La coalición de derecha que entierra a Macri y la confluencia del peronismo como parada intermedia en el camino a una ruptura que asoma inevitable. Los escenarios posibles.

01 de junio, 2025 | 00.05

Dentro de los marcos de la unidad, pueden convivir proyectos antagónicos y en tensión. De un lado, la alianza entre fuerzas de derecha que viven momentos opuestos. La Libertad Avanza, el sello que arrasó con 20 años de historia del frente antiperonista y el PRO, el partido que Mauricio Macri llevó al ocaso después de haber fracasado en tiempo récord en la Casa Rosada. Del otro, la unidad entre Cristina Fernández de Kirchner y Axel Kicillof, su hijo político más destacado, se perfila como una tregua en el camino hacia una ruptura inevitable. 

La resolución del conflicto entre Javier Milei y Macri resulta, de momento, bastante sencilla. El ex presidente se rindió sin combatir. Su pelea más intensa duró tres semanas y se agotó con el proyecto fugaz de Silvia Lospenatto. Al día siguiente de perder, Macri mostró la bandera blanca sin importarle la humillación pública de Milei a su primo y decidió no usar su capacidad de daño. 

Con el ex presidente acorralado, la fusión de las derechas en la provincia de Buenos Aires es un mecanismo para que el mileismo digiera como parte de su propia fuerza a los residuos del PRO. Después de la visita de Cristian Ritondo y Diego Santilli a la Rosada, la sociedad peronista del macrismo se volvió a reunir el miércoles último en las oficinas de Santilli con Sebastian Pareja y Guillermo Montenegro. De ahora en más, los encuentros serán semanales: hay que definir 8 candidatos y un  mensaje comun, pero el violeta ya se tragó al amarillo en la campaña. Los macristas de Milei dicen que no tenían otro camino que plegarse a las fuerzas del cielo. “Nos matan si dividimos el voto y vuelve el kirchnerismo”, repiten. Es lo único que los abroquela.

Falta saber quién será el apoderado del nuevo frente. La secretaria general de la presidencia postula a Santiago Viola, el apoderado de LLA que es hijo de Claudia Balbín y tiene llegada a la jueza María Servini. Como segunda opción, figura otro nombre, el de Santiago Alberdi, el ex apoderado del PRO que responde a José Torello y tiene una estrecha relación con Viola.

En 2011, el año en que Cristina arrasó con el 54% de los votos, Natalio Botana definió a la provincia como el Leviatán bonaerense por su peso descomunal en el padrón nacional, tanto dentro de Argentina como en escala latinoamericana. Catorce años después, con el peronismo debilitado como nunca, la incidencia de la provincia de Buenos Aires es todavía mayor.

La disputa entre Cristina y Kicillof promete una pelea de fondo. El gobernador relanzó su Movimiento Derecho al Futuro con un acto importante y una convocatoria amplia. Habló de “la línea de largada”, de “un momento fundacional”, pidió conectar con los decepcionados y remarcó que el adversario "está afuera y no adentro". Pero a diferencia de Macri, la ex presidenta no parece dispuesta a convalidar a otro jefe. Insiste en que el gobernador es una de sus creaciones y en su entorno hasta le adjudican a ella la idea del Clio más famoso de la historia. En el inventario de sus discípulos, Cristina ubica a Kicillof en el mismo rubro que a Diego Bossio: más allá de sus perfiles, dice, los dos nacieron a la política grande de su mano. Ni Alberto Fernandez ni Sergio Massa, sus últimas dos grandes apuestas, necesitaron eso. La ex presidente se ve a sí misma como sherpa del académico Kicillof en su expedición al peronismo. Pero el gobernador invoca el futuro, cree haber pagado todas las deudas de lealtad y, al mismo tiempo que repudia el lawfare -lo hizo en La Plata una vez más-, avanza en su propio proyecto con el apoyo de 42 intendentes bonaerenses. 

Como repite Carlos Bianco, alma gemela y vocero de Kicillof, en La Plata esperan que el armado de listas y la estrategia electoral quede en manos del kicillofismo. Es lo que surge de las charlas de dos horas que todos los lunes Kicillof tiene con su mesa chica: el grupo histórico que conduce Bianco con la incorporación de Andrés Larroque y Gabriel Katopodis. Aunque apuesten a la unidad 2025, Cristina y Axel difieren en casi todo. Como dice un dirigente que busca algún tipo de entendimiento: “Ella piensa que la gestión es peor de lo que realmente es y él piensa que es mejor de lo que realmente es. Él cree que la provincia es el escudo y ella dice que el escudo está todo agujereado, él habla de futuro y ella dice que la disputa es ahora, en el presente”.

Aunque está claro que no habrá marcha atrás con el desdoblamiento, la convergencia es el escenario más probable. Sería suicida para todos romper el peronismo frente a una derecha que viene agrandada, unida bajo la conducción de los Milei y dispuesta a todo. Después del fracaso, el desbande y la autocrítica invisible, nadie tiene tanto y nadie puede perder lo poco que tiene. Eso incluye a Massa, otro gran condenado a sostener la unidad. 

Después de la victoria de Manuel Adorni en la ciudad de Buenos Aires, el derrotismo se extendió entre las segundas líneas del  peronismo. Cristina, que confiaba en una victoria de Leandro Santoro, se sorprendió con el resultado y agudizó en privado las críticas que se había guardado. Lo mismo hizo Maximo Kirchner, que apunta contra el candidato que salió segundo y contra Juan Manuel Olmos, el gran ganador en medio de una derrota inesperada que le ayudó a agigantar su poder de negociación ante Jorge Macri.

En la reunión que convocó Cristina en el frío y abandonado edificio del PJ, toda una metáfora del peronismo actual, Olmos se conectó vía Zoom para explicar que el resultado no había sido tan malo. Pero flotaba en el aire la frase de la ex presidenta sobre los votantes decepcionados con Milei que no vuelven al peronismo. El otro tema que ella instaló en su última aparición fue el del estado eficiente, un concepto que busca sintonizar con la demanda que Milei supo explotar como nadie, pero suena a destiempo en medio de la ofensiva múltiple de la extrema derecha contra los empleados estatales que son ajustados, perseguidos y despedidos. El hospital Garrahan es apenas la muestra más notoria.

En la sede de Matheu, Agustín Rossi dijo que se trataba de una elección nacional y afirmó que hay que salir del eje Mile vs kirchnerismo para plantearle a la sociedad que la opción es Milei si o Milei no. El gobernador se impuso con el desdoblamiento y con el calendario electoral, pero el anuncio de Cristina candidata en la tercera sección electoral convierte la elección en nacional. ¿Es una decisión irreversible?

La semana pasada, un dirigente de su máxima confianza la visitó en el Instituto Patria para hablar de otro tema, pero no perdió la oportunidad de referirse a las elecciones desdobladas.

-Te quiero decir que no estoy de acuerdo con que seas candidata en la tercera sección electoral.

La ex presidenta le respondió con dos palabras.

-Otro más. 

Lo que en un momento surgió como posibilidad de que Maximo Kirchner compitiera en la tercera sección derivó en la candidatura de Cristina, algo que hasta ahora no confirmó en público. Quienes la frecuentan deducen que lo va a hacer el lunes en su anunciado regreso a C5N. 

En los 19 municipios de la tercera sección electoral hay casi 5 millones de personas habilitadas para votar. Algo similar sucede en los 24 partidos que conforman la primera. Las encuestas que manejan en los dos campamentos hablan de que el peronismo hoy pierde en 6 de las 8 secciones electorales y tiene que compensar con la tercera la debilidad del resto de la provincia. En eso coinciden los datos de Analogías, Agora y Inteligencia Analytica que miran La Cámpora y el massismo. En la gobernación tienen números similares pero dicen que la elección va a ser muy pareja: prevén que se va a ganar o perder por poco. En el acto en el camping de UPCN, Kicillof puso en contexto la madre de todas las batallas: hace 20 años que el peronismo no gana una elección intermedia. 

Los ministros de Kicillof consideran que el interior bonaerense es un área común que con un peso considerable si se engloba a los votantes de la cuarta, la quinta y la sexta sección. Otros remarcan que la octava sección electoral, con eje en La Plata, va a estar muy pareja.

En ese escenario, la posibilidad de que se constituya un tercer espacio podría incidir en el resultado final. La decisión de Santiago Passaglia en San Nicolás puede funcionar en línea con el peronismo no kirchnerista de Fernando Grey y Julio Zamora y con la opción que abracen algunos de los 27 intendentes radicales bonaerenses.  

La pulseada Axel-Cristina tiene su primera escala en 2025 camino a 2027. El gobernador es el candidato natural a la presidencia de lo que alguna vez se llamó kirchnerismo. Incluso en el camporismo admiten que lo era, hasta hace poco. Pero CFK no se retira ni sabe lo que es la jubilación en política. Aunque la Corte Suprema puede jugar fuerte, en especial en una presidencial, sus incondicionales la ven candidata también en 2027. ¿La candidatura en la tercera podría ser un paso a un eventual pelea por la gobernación bonaerense? En el cristinismo no lo descartan de ninguna manera.

La definición y la suerte del peronismo se da en espejo con un gobierno que expulsa hacia los márgenes a los afectados por el ajuste. La confluencia del miércoles que viene entre trabajadores del Garrahan, jubilados y personas con discapacidad que sufren el ahogo presupuestario muestra  unidad en la acción de los que rechazan a la ultraderecha.

En un contexto de endeudamiento para sostener el dólar planchado y la baja de la inflación, los salarios no alcanzan y la destrucción de empleo pega en los sectores mano de obra intensivos en todo el país. Además, la política de Luis Caputo empuja a las familias a endeudarse para comer. Según el informe del Instituto de Estadísticas y Tendencias Sociales y Económicas (IETSE) que publicó El Destape, el 91 por ciento de los hogares argentinos reconoce hoy tener algún tipo de deuda. De un relevamiento de 4200 casos a nivel nacional se desprende que el 73 por ciento de esas deudas fueron contraídas durante el primer año de Milei en la presidencia. Pero lo más significativo no es el nivel de endeudamiento sino sus motivos. El estudio está dirigido por Germán Romero, que además dirige el Centro de Almaceneros y Comerciantes Minoristas de la provincia de Córdoba advierte un cambio inédito y significativo en el uso de la tarjeta de crédito que hacen las familias de clase media: hoy el 58% de los consultados declara que se endeuda con la tarjeta para comprar alimentos.

El gobierno no está dispuesto a ceder en su lógica brutal y se nutre de las caras del colaboracionismo que lucran con el proyecto en curso. Afuera queda la mayor parte de la sociedad, que se divide entre los que se oponen y los que se resignan sin ver alternativa. Con un poder considerable, que le sirve para reinar sobre las cenizas del sistema político, Milei quiere convencer a todos de que no existe otra salida. Revertir esa operación con un proyecto común es el gran desafío de la oposición: parir una propuesta para la nueva etapa sin caer en el anacronismo ni rendirse a las coordenadas que impuso Milei.