El padre Eduardo de la Serna criticó al gobierno del presidente Javier Milei y afirmó que “proponen una libertad que no es la que celebramos en la Pascua” y "no soportan que Jesús proponga comunidad, igualdad y sororidad".
"La libertad que propone el personaje minúsculo que está en el Gobierno es la de cada quien, sin ningún tipo de criterio ni límite, que no es lo que celebramos en la Pascua", expresó en diálogo con Spledid 99. "En la libertad de ellos, inventaron un protocolo trucho que ni siquiera respetan porque ellos mismos cortan la calle. El modelo cultural y económico no cierra sin represión", agregó De la Serna.
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A su vez, agregó: "Tienen la libertad de reírse de los que se mueren de hambre. No soportan que Jesús proponga comunidad igualdad y sororidad". De lleno en la cuaresma a luz de la realidad que atraviesa la Argentina, De la Serna dijo: "La realidad nos invita a mirar la realidad, los cristianos no creemos en un Dios que vive en las nubes y se queda ahí".
"Dios mira la realidad y se mueve. Si yo creo que Dios se hace carne en Jesús, estamos hablando de un Dios que lo encontramos celebramos y abrazamos en vida", reflexionó.
Fuerte mensaje de la Iglesia contra Milei: pidió por una jubilación "con dignidad"
En sintonía, en una señal directa al gobierno de Javier Milei y al conjunto de la dirigencia política, la Iglesia Católica argentina dedicó el tradicional lavado de pies del Jueves Santo a los jubilados, en un gesto de denuncia por la crítica situación social que atraviesan. En ese sentido, los organizadores reclamaron una jubilación con "dignidad".
La acción, impulsada por curas villeros y sacerdotes de barrios populares, contó con el respaldo del arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva, y se replicó en templos de todo el país. “Queremos reconocer su dignidad, que tengan medicamentos y todo lo que necesitan”, expresaron los organizadores bajo el lema “A los pies de nuestros abuelos”.
En la parroquia Virgen Inmaculada de Villa Soldati, García Cuerva encabezó la celebración principal, acompañado por miembros de la Familia Grande Hogar de Cristo. En su mensaje, reclamaron una jubilación que permita “descansar con dignidad tras una vida de trabajo”, y citaron a referentes eclesiásticos como los arzobispos Ángel Sixto Rossi y Marcelo Colombo, y al papa Francisco.
Más temprano, el arzobispo porteño presidió la Misa Crismal en la Catedral Metropolitana, donde consagró el Santo Crisma, bendijo los óleos santos y encabezó la renovación de las promesas sacerdotales.
La celebración estuvo marcada por una peregrinación previa de sacerdotes desde la parroquia San Ignacio de Loyola hasta la Catedral, pasando por la Casa Rosada. “Démosle el dominio político al corazón”, pidió García Cuerva en su homilía, y reclamó mayor unidad frente a la “realidad compleja y desafiante” que atraviesa el país.
Con la catedral colmada y con la presencia de más de 400 personas, entre ellas religiosas, obispos y seminaristas, García Cuerva llamó a no dejar a nadie afuera: “Hoy es la hora de vivir nuestro ministerio sacerdotal anclados en Cristo, sin postergaciones ni excusas”. El arzobispo de Buenos Aires también agradeció al clero por su entrega y por la cercanía en su misión pastoral. La celebración concluyó con la bendición papal con indulgencia plenaria del Año Santo y un emotivo canto de la Salve Regina.