El presidente Javier Milei recibió este martes al secretario de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, Robert Kennedy Jr. El funcionario estadounidense, reconocido antivacunas, habló de la posibilidad de un "sistema de salud internacional alternativo", y, con su par argentino, Mario Lugones, justificaron la decisión de ambos países de dejar la Organización Mundial de la Salud (OMS).
De la reunión también participaron Lugones, ministro de Salud argentino; la encargada de Negocios de los Estados Unidos en la Argentina, Abigail Dressel; la jefa de Gabinete de la Secretaría de Salud de Estados Unidos, Stefanie Spear; y la jefa Adjunta de Política de Personal de la Secretaría de Salud de Estados Unidos, Hannah Ingrid Anderson.
A través de su Twitter, Kennedy afirmó que tuvo "una maravillosa reunión" con Milei "sobre el retiro mutuo de nuestras naciones de la OMS" y sobre "la creación de un sistema de salud internacional alternativo basado en la ciencia de referencia y libre de impulsos totalitarios, corrupción y control político".
MÁS INFO
Kennedy y Lugones hicieron una declaración en conjunto sobre la salida de ambos paises de la OMS. Para ambos, el manejo de la pandemia de COVID-19 por parte de la organización sanitaria global "reveló serias deficiencias estructurales y operativas que minaron la confianza a nivel mundial y subrayaron la necesidad acuciante de contar con un liderazgo independiente y basado en la ciencia en materia de salud mundial".
“Existen preocupaciones bien documentadas sobre la gestión inicial de la pandemia y los riesgos asociados con ciertos tipos de investigaciones. Lejos de garantizar una transparencia oportuna, la OMS no proporcionó acceso crítico a la información, lo que perjudicó la capacidad de los países para actuar con rapidez y eficacia, lo que tuvo consecuencias devastadoras a nivel mundial", sostuvieron a través de un comunicado.
Según consignaron, “la ausencia de reformas significativas, las demandas financieras desproporcionadas y la creciente politización de la organización han llevado finalmente a Estados Unidos y Argentina a retirarse de la OMS". Los titulares de las carteras sanitarias consideraron “la organización se ha alejado de su misión fundacional, puesto que depende cada vez más de contribuciones voluntarias y se ha vuelto vulnerable a la influencia de agendas no científicas".
"Este alejamiento ha desviado la atención de las verdaderas amenazas a la salud pública", sostuvieron. En ese contexto, señalaron que el retiro de ambos países “marca el inicio de un nuevo camino: la construcción de un modelo moderno de cooperación en salud mundial basado en la integridad científica, la transparencia, la soberanía y la rendición de cuentas". "Nos une el compromiso de brindar intervenciones de salud pública costo-eficaces y basadas en evidencia, que prioricen la prevención -especialmente en la infancia- abordando causas profundas como las toxinas presentes en el medioambiente, las deficiencias nutricionales y las normas de inocuidad alimentaria", sostuvo.
La iniciativa Make America Healthy Again del gobierno de Trump, según se afirmó, "ya está mostrando avances históricos" e indicaron que "profundizar la colaboración con socios que compartan estos principios impulsará la innovación, reducirá los costos y contribuirá a construir un futuro más robusto y saludable".
Por su parte, el gobierno argentino, afirmó el comunicado, "heredó un sistema de salud devastado y está logrando avances rápidos en su reconstrucción y fortalecimiento, con un renovado enfoque en la transparencia y la atención de calidad para todos los ciudadanos" y consignaron que “las verdaderas amenazas a la salud exigen un abordaje urgente y una ciencia de primer nivel".
"Bajo el liderazgo del presidente Trump, Estados Unidos está restaurando un enfoque soberano y orientado a los resultados que pone a las personas por encima de la política. Argentina, de igual forma, respalda la creación de sistemas de salud pública basados en la autonomía, la transparencia, la innovación y el rigor científico", remarcaron, para acotar: “Ya no podemos apoyar un sistema que no proteja a nuestra gente ni cumpla con su mandato".
Finalmente, señalaron que "Estados Unidos y Argentina invitan a todas las naciones comprometidas con la integridad científica, la transparencia y la defensa de la dignidad humana a unirse a nosotros para dar pie a una nueva era de cooperación en salud mundial, centrada en los resultados, la soberanía y un futuro más seguro para todos.”
Los dos funcionarios sanitarios se reunieron ayer y, según se consignó, "coincidieron en la necesidad de reforzar los controles en los procesos de fabricación, aprobación y supervisión de vacunas, tal como se exige para otros productos médicos".
A través de un comunicado difundido el lunes, “se impulsará que las vacunas sean sometidas a estudios clínicos con grupo placebo como estándar mínimo, tal como se exige a otros productos médicos". "Un ejemplo claro de esta necesidad es la vacuna contra el COVID-19, aplicada sin grupo de control y bajo condiciones de aprobación excepcionales. Revisar no es negar: es exigir más evidencia, no menos”, alegaron.
También, Kennedy y su delegación y Lugones habían mantenido una reunión con el ministro de Desregulación y Transformación del Estado de la Nación Argentina, Federico Sturzenegger. Según indicaron desde Salud, "los funcionarios del Gobierno nacional compartieron las acciones implementadas en el marco de la reforma y desregulación del sistema sanitario, así como también las estrategias proyectadas a futuro para profundizar el proceso de actualización y desburocratización de las estructuras institucionales".