Por qué el yaguareté desaparecido en Chaco tenía un collar y qué significa que lo hayan encontrado roto

Acaí fue liberada hace un mes en El Impenetrable. Su collar apareció roto en el río Bermejo y encendió las alarmas entre los equipos de conservación. 

10 de noviembre, 2025 | 13.20

El hallazgo del collar satelital roto de Acaí, la yaguareté liberada en octubre en el Parque Nacional El Impenetrable, encendió las alarmas entre ambientalistas y autoridades. El dispositivo fue encontrado en el río Bermejo con signos de daño, lo que sugiere una posible intervención humana.

Acaí formaba parte de un programa histórico de reintroducción y suplementación de yaguaretés en el norte argentino. Se trat de una de las iniciativas de conservación de animales más ambiciosas del país, y es impulsado por la Administración de Parques Nacionales (APN), la Fundación Rewilding Argentina y la provincia del Chaco.

La APN denunció el hecho ante la Justicia, ya que las pericias iniciales indicaron que el dispositivo fue intencionalmente manipulado. Hasta el momento no hay rastros del yaguareté, y se investiga si terceros intervinieron para eliminar su rastro.

Cómo se moniteroea a los yaguaretés liberados

La colocación de collares satelitales es una herramienta esencial para conocer el comportamiento y la adaptación de los yaguaretés reintroducidos. Estos dispositivos permiten registrar su ubicación, alimentación, movimientos y estado general, ayudando a los equipos de conservación a protegerlos en tiempo real.

Según explican desde Rewilding Argentina, la ONG encargada del seguimiento, los collares emiten señales por GPS y VHF que facilitan ubicar a los animales y detectar eventos como nacimientos, desplazamientos o posibles amenazas. “Necesitamos saber cómo les va a estos yaguaretés y si están generando los efectos de restauración que los grandes carnívoros suelen tener en los ecosistemas”, explicó Emiliano Donadío, director de la fundación.

El monitoreo también se complementa con cámaras trampa instaladas en puntos estratégicos, que permiten identificar ejemplares nuevos sin collar. Gracias a este sistema, recientemente se detectó un cachorro de apenas dos meses en la isla San Alonso, lo que confirma que la población continúa creciendo.

Desde Rewilding señalan que el seguimiento no solo protege a los felinos, sino que permite evaluar su impacto ecológico: el regreso del yaguareté influye en la abundancia de presas, el equilibrio de otros depredadores y hasta en la regeneración de la vegetación.

El proyecto para recuperar al yaguareté chaqueño

Los esfuerzos para recuperar la población de yaguaretés en El Impenetrable comenzaron en 2018, cuando un guardaparque identificó las huellas de un macho solitario, al que llamaron Qaramta. Ese hallazgo marcó el inicio de un proceso de restauración sin precedentes: se le colocó un collar GPS y se comprobó que no se registraban hembras silvestres en la zona.

Para revertir esta situación, se logró por primera vez en el mundo la cruza entre un macho silvestre y hembras de cautiverio. El éxito de ese proceso atrajo luego a otros machos silvestres, y permitió que en 2024 se concretara la liberación de dos hembras: Acaí era una de ellas.

Originalmente, el yaguareté se distribuía desde el sur de Estados Unidos hasta la Patagonia norte. Hoy ocupa apenas el 5% de su rango original. Se estima que en Argentina sobreviven unos 216 individuos, concentrados en tres regiones: la Selva Misionera, las Yungas de Salta y Jujuy y el Gran Chaco argentino. Entre las principales amenazas se encuentran la deforestación, la caza furtiva y los atropellamientos. La pérdida de hábitat redujo drásticamente su distribución y limitó las oportunidades de reproducción natural.