Un hecho histórico para la conservación de los animales en Argentina acaba de ocurrir en Corrientes. Por primera vez, el país logró reintroducir una especie de mamífero que estaba extinta en la región. Se trata de la nutria gigante, que volvió al Gran Parque Iberá después de casi 4 décadas de ausencia.
El regreso de esta especie acuática no fue magia, sino el resultado de más de ocho años de trabajo sostenido. Una experiencia inédita en Latinoamérica, que posiciona al país como referente en el mundo de restauración ecológica.
Las protagonistas del milagro
Nima y Coco son la pareja de nutrias gigantes que llegó desde un zoológico europeo y tuvo dos crías en Argentina: Pirú y Kyra, nacidas en noviembre del 2024 en el Iberá. Los cuatro ejemplares conforman la primera familia de la especie que vuelve a vivir en libertad en nuestro país desde el año 1986.
La familia forma parte de un programa internacional de conservación coordinado por la Asociación Europea de Zoos y Acuarios y son la clave para recuperar una especie muy importante para los humedales argentinos. “La nutria gigante había desaparecido por completo de este ecosistema, y nunca antes se había intentado reintroducirla. Esto convierte al proyecto en algo único a nivel global”, explicó el director de Conservación de Rewilding Argentina Sebastián Di Martino.
La nutria gigante es el mamífero acuático más grande de Sudamérica. Puede medir hasta 1,80 metros y pesar más de 30 kilos. Vive en grupos familiares, es activa durante el día y cumple un rol fundamental en el equilibrio del ecosistema porque se alimenta casi exclusivamente de peces.
El Gran Parque Iberá, con más de 756 mil hectáreas de humedales protegidos, ofrece las condiciones ideales para su regreso a la región: abundancia de alimento, ausencia de caza y un entorno natural cuidado.
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Un proyecto concretado
Reintroducir a la nutria gigante en la región comenzó como un proyecto en el 2006 y tomó forma durante el 2017. El desafío era enorme porque no quedaban ejemplares en estado silvestre ni en cautiverio dentro de Argentina y no existían antecedentes similares en el mundo.
La realización del proyecto incluyó la búsqueda de animales en zoológicos europeos, traslados internacionales con controles sanitarios estrictos y la construcción de recintos especiales en Corrientes.
Las nutrias aprendieron a pescar peces vivos en Iberá, a marcar territorio y criar a Pirú y Kyra sin contacto humano. “Nima, por ejemplo, era tímida y poco sociable con las personas, algo ideal para un proyecto de reintroducción”, explicó la veterinaria del Zoo Aquarium de Madrid Eva Martínez.
El proyecto tiene el apoyo del Gobierno de Corrientes, la Administración de Parques Nacionales y organizaciones y zoológicos de distintos países. La vuelta de la nutria gigante no solo recupera una especie perdida, sino que abre una nueva etapa para la restauración de los ecosistemas argentinos.
