En los últimos días el cometa interestelar 3I/ATLAS causó revuelo en la comunidad científica por sus características inusuales. Si bien se trata del tercer objeto de este tipo que ingresa a nuestro sistema solar proveniente de otras estrella, sorprendió al circular por el perihelio, que es el punto de su órbita más cercano a la gran estrella y porque para algunos podría tratarse de "una nave espacial".
Según se reportó, durante esta aproximación el cometa experimentó “un cambio de trayectoria y aceleración que no puede explicarse únicamente por la gravedad”, lo cual generó nuevas hipótesis y reavivó el debate sobre la naturaleza de estos visitantes cósmicos.
El perihelio tuvo lugar el 29 de octubre, y mientras el 3I/ATLAS comienza su alejamiento del Sol, “la ventana para obtener datos se achica”, ya que a fin de año estará “demasiado lejos para ser estudiado con detalle”. Por otra parte, el cometa no representa riesgo para la Tierra.
El trayecto del cometa 3I/ATLAS?
El astrofísico de Harvard, Avi Loeb, quien analizó los datos disponibles, señaló que el objeto mostró una “aceleración no gravitacional”, es decir, una fuerza adicional que lo impulsa más allá de lo que dictarían las leyes físicas conocidas.
En este sentido, la aceleración observada no fue solamente radial, es decir, alejándose del Sol, sino también transversal, “como si algo estuviera desviándolo lateralmente”. Podría ser una "intensa expulsión de gases producto de la sublimación del hielo", un proceso común en cometas, explicó Loeb.
“La magnitud del empuje supera lo que se esperaría para un objeto natural”, ya que durante el cruce al perihelio, el cometa habría perdido hasta “una décima parte de su masa solo por ese proceso”, sotuvo el científico.
Las características del cometa 3I/ATLAS
Estos cambios cobran mayor relevancia dado que el 3I/ATLAS sigue la línea de otros visitantes interestelares que también mostraron irregularidades, como fue el caso de Oumuamua en 2017. El cometa en cuestión incluso presentó “un cambio de color hacia el azul -inusual para un cuerpo que se calienta al acercarse al Sol-“, lo que sugiere una composición distinta a la de los cometas típicos de nuestro sistema.
A diferencia de Borisov, el segundo objeto interestelar detectado, el 3I/ATLAS no presentó un comportamiento tranquilo, ya que "parece estar desintegrándose más rápido de lo esperado, expulsando material a gran escala y modificando su curso”, puntualizó el científico.
¿Es un objeto extraterrestre?
Por su naturaleza inusual, algunos científicos se preguntaron si realmente se trata de un cometa o de algo más. En este sentido, Loeb insiste en que la hipótesis más razonable es la natural, pero subraya que se debe “mantener la mente abierta” ante la posibilidad de que se esté ante tecnología interestelar, una idea que ya había planteado en relación con Oumuamua.
Si bien la mayoría de los astrónomos rechaza esta última idea, se reconoce que la información disponible hasta el momento es limitada, dado que el cometa estuvo “oculto tras el brillo solar durante el momento clave de su aproximación”.
