El pueblito mágico que conserva la casa de San Martín: este es el tesoro que revoluciona el turismo

Yapeyú es el pueblo que vio nacer a José de San Martín. El destino turístico que revoluciona el turismo y tiene un lazo con la historia argentina.

20 de agosto, 2025 | 16.20

Yapeyú, el pequeño pueblo en Corrientes que vio nacer a José de San Martín en 1778, es hoy una joya para quienes buscan historia con paisaje. Fundada en 1627 como reducción jesuítica bajo el nombre de "Nuestra Señora de los Santos Reyes de Yapeyú", fue saqueada en 1817 durante las invasiones portuguesas, y luego reconstruida, manteniendo su esencia patrimonial intacta y conservando la casa del General, por lo que se trata de un destino turístico ideal para poder conocer.

El Templete Histórico, edificado entre 1925 y 1938, protege el sitio donde se encontraba la casa de los padres de San Martín, y guarda los restos de Juan de San Martín y Gregoria Matorras . Muy cerca, se alza el Arco Trunco, homenaje simbólico a los correntinos caídos en Malvinas, cuya sección incompleta representa la ausencia y los reclamos de soberanía. Dentro del Regimiento Granaderos a Caballo, el Museo Histórico Sanmartiniano ofrece un recorrido por la arqueología y piezas emblemáticas como la réplica del sable corvo y una maqueta del Combate de San Lorenzo. Además, el Museo Jesuítico Padre Furlong permite viajar al pasado colonial con objetos y arquitectura que remontan al legado de la Compañía de Jesús.

La orilla del río Uruguay en Yapeyú

El color rural de Yapeyú

Yapeyú también deslumbra por su entorno: entre suaves colinas y a orillas del río Uruguay, ofrece una estética rural profundamente conservada e ideal para el turismo cultural . Su nombre, de origen guaraní, significa “fruto maduro”, una metáfora que refleja su riqueza histórica, patrimonial y natural. Es por eso que la localidad correntina es mucho más que el lugar donde nació San Martín, ya que se trata de un pueblo vivo donde cada rincón cuenta una historia, entre museos, monumentos, arquitectura y paisaje. Perfecto para quienes quieren recorrer el pasado sin perder el encanto de lo auténtico.