El pueblo detenido en el tiempo, que se volvió un refugio y es perfecto para una escapada de primavera

Se trata de uno de los pueblitos bonaerenses que muchos eligen para una escapada de fin de semana y está a pocos kilómetros de CABA.

14 de septiembre, 2025 | 22.37

En la provincia de Buenos Aires, hay propuestas turísticas que invitan a desconectarse del ruido de la ciudad y a descansar en medio de la naturaleza durante el fin de semana. Hay localidades y pueblos con calles de tierra, construcciones centenarias y un silencio que sólo se rompe con el canto de los pájaros.

Estos pueblos son identificados como rincones rurales, donde la vida transcurre sin estar a las corridas, con tranquilidad y mucha tradición. Por fuera de los principales centros turísticos de la provincia, emergen en la región nuevos destinos que sorprenden por sus paisajes y sencillez.

Escapadas en Buenos Aires: ¿a dónde puedo ir?

Uno de estos destinos es Bellocq, una localidad que pertenece al partido de Carlos Casares y que tiene menos de 1000 habitantes. Su iglesia centenaria, la producción de manzanilla, los sabores criollos y su legado ferroviario hacen de esta localidad del sudoeste de la provincia un destino para una escapada de fin de semana.

Las escapadas de fin de semana a los pueblos de la provincia de Buenos Aires destacan por las propuestas de estos, como la gastronomía, ya que hay muchos restaurantes de campo y parrillas donde resaltan los platos abundantes y caseros.

A través de su gastronomía criolla, muestran una identidad forjada por generaciones. Pero no solo importa la comida, sino que también hay pastelerías, recorridos por museos, festivales locales, visitas a monumentos, entre otras actividades. 

El Almacén de Ramos Generales Casa Chedrrese (fundado en 1917) representa la memoria viva del pueblo. Junto a la iglesia se encuentra el hospedaje San Benito, en el antiguo monasterio. Conserva el mobiliario original y ofrece una experiencia de alojamiento espiritual, es ideal para quienes prefieren el silencio y la desconexión.

¿Cómo nació Bellocq?

La historia de esta localidad comenzó el 8 de diciembre de 1912, cuando María Larramendy de Bellocq donó tierras para fundar el pueblo. Sin embargo, su verdadero despegue fue en 1929 con la llegada del tren y la creación de la estación “San Francisco de Bellocq”, como parte del ramal Orense-Copetones.

Como muchos pueblos del interior bonaerense, su trazado respondía al modelo ferroviario, con calles en diagonal y monolitos marcando las esquinas. Entre los emblemas de Bellocq se encuentra la iglesia Inmaculada Concepción, conocida como Santa María, que fue construida por monjes benedictinos en 1914. Fue edificada con materiales importados desde Francia. Hoy conserva 16 vitrales originales del artista Henri Gesta de Toulouse. 

¿Cómo funciona la economía de Bellocq?

La economía gira en torno a la producción agrícola y destacan los cereales, aunque en los últimos años la manzanilla se volvió protagonista. Su aroma invade las calles al mediodía, generando una sensación única de bienestar.

La gastronomía local también se luce en patios y cantinas que ofrecen desde empanadas hasta pastas y lemon pie casero. Todo con la calidez de una cocina familiar y el sabor de lo auténtico.

Durante el verano, el aroma a manzanilla recorre todas las calles de pago. En el lugar se cosechan y se procesan estas plantas con florcitas de pétalos blancos y centro amarillo que se parecen a margaritas en miniatura. Son medicinales y se utilizan con fines terapéuticos.