Ni Mendoza ni San Juan: la flamante ruta del vino argentino que es una "maravilla oculta" del turismo

La escapada ideal para conocer la ruta del vino argentino. La maravilla del turismo que es furor.

25 de junio, 2025 | 17.10

De cara a un fin de semana largo o bien para aprovechar el periodo de vacaciones, muchas personas optan por hacer una escapada y viajar a distintas partes turísticas de país. Una de ellas es una maravilla escondida conocida por ser la ruta del vino argentino y no queda ni en San Juan ni en Mendoza, que ya son destinos conocidos por su industria vitivinícola. 

La Rioja redobla la apuesta turística y pone en valor su potencial vitivinícola. Chilecito y Famatina se consolidan como polos clave de esta ruta alternativa, que combina paisajes imponentes, historia y etiquetas de alta calidad. En los últimos años, el vino riojano comenzó a salir del anonimato nacional y a disputar protagonismo en el mapa turístico con propuestas que van más allá de Mendoza o San Juan.

La Rioja impulsó la industria vitivinícola.

Con la flamante Ruta del Vino en la región de los Valles del Famatina, la provincia de La Rioja busca impulsar el desarrollo económico local a través del turismo enogastronómico, apostando a su tradición vitivinícola y a una experiencia que conjuga naturaleza, cultura e identidad. Este circuito recorre los departamentos de Chilecito y Famatina e incluye más de 20 bodegas, muchas de ellas, de gestión familiar o cooperativa.

Entre las más destacadas, se encuentran La Riojana, Chañarmuyo y Bodega Valle de la Puerta, que abrieron sus puertas a turistas con degustaciones, visitas guiadas, propuestas gastronómicas y actividades culturales. En algunas incluso se puede participar de la cosecha, vivir la vendimia de cerca o recorrer los viñedos a pie o en bicicleta. Cabe destacar que La Ruta del Vino riojana se encuentra en plena expansión y forma parte de un plan provincial más amplio que busca posicionar a La Rioja como un destino estratégico dentro del turismo nacional.

Abrieron sus puertas a turistas con degustaciones, visitas guiadas, propuestas gastronómicas y actividades culturales.

Además del vino torrontés, ícono de la región, las bodegas de Chilecito y Famatina ofrecen etiquetas que sorprenden por su calidad: bonarda, malbec, syrah y hasta algunas cepas no tradicionales que se adaptaron con éxito al clima seco y soleado del oeste riojano. Sumado a esto, los paisajes imponentes del cordón montañoso de Famatina, la cercanía con el Parque Nacional Talampaya y la calidez de sus pueblos convierten a esta zona en una "maravilla oculta". De esta manera, La Rioja se convirtió en una opción cada vez más atractiva y lejos del turismo masivo, ofrece una experiencia íntima, enriquecedora y profundamente ligada a las raíces del lugar.

Estas termas están a pocas horas de CABA y tienen propiedades únicas

El Parque Termal Mar de Epecuén, en Carhué, queda a unas seis horas en auto. Este lugar se caracteriza por sus aguas termales ricas en minerales, reconocidas por sus propiedades terapéuticas. Es un lugar ideal para aliviar tensiones físicas y mentales, ofreciendo una experiencia integral de relajación.

El entorno natural que rodea al parque ofrece un ambiente tranquilo e introspectivo, ideal para quienes buscan una escapada sin complicaciones y con todos los beneficios del turismo de bienestar. Su ubicación estratégica y su oferta de servicios lo convierten en una escapada ideal para un fin de semana o unas mini vacaciones.