Parecen sacados de un cuento y siempre se ven diferentes: así son los túneles de hielo que se pueden visitar en la Patagonia

Esta escapada es perfecta para los amantes de la aventura y los paisajes invernales, ya que está disponible todo el año y es muy poco explotado por el turismo.

04 de diciembre, 2025 | 15.36

La Patagonia es uno de los destinos más llamativos de Argentina: su belleza radica en la naturaleza que la envuelve. Entre lagos, bosque y montañas, año a año atrae a muchos más turistas. Sin embargo, aunque hay destinos que son popular, hay muchos otros que todavía no fueron tan explotados por el turismo. Este es el caso de los túneles de hielo, una atracción perfecta para amantes de la aventura y que no es tan explotado como cualquiera pensaría.

Estas estructuras se forman cuando la nieve y el hielo se compactan durante años, dando lugar a pasadizos transparentes que permiten observar desde adentro la textura, las capas y los tonos azulados de los glaciares. Suelen aparecer en zonas de alta montaña, y uno de los lugares más conocidos para verlos es el Volcán Lanín, en Neuquén, donde las condiciones climáticas generan cavidades que parecen labradas por un artista.

A diferencia de otros atractivos turísticos, los túneles de hielo no son permanentes. Las formaciones dependen de la temperatura y del régimen de nieve de cada temporada. Por eso, cada invierno y primavera ofrecen paisajes completamente distintos: a veces más amplios, otras más profundos, y en ocasiones directamente desaparecen.

Lo que sí se mantiene es la magia del recorrido. Dentro de los túneles, la luz del sol atraviesa el hielo y crea un efecto azul brillante que convierte el sitio en un escenario casi irreal, ideal para fotógrafos y amantes del trekking.

Visitas guiadas: la forma más segura de conocer este lugar "encantado"

Los expertos recomiendan no aventurarse solos, ya que estas formaciones pueden ser inestables. Para ingresar se sugiere:

  • Ir con guías habilitados, que conocen los puntos seguros.

  • Usar equipo técnico, como casco, crampones y vestimenta térmica.

  • Elegir horarios de baja temperatura, cuando el hielo es más sólido.

La excursión suele durar entre 6 y 8 horas e incluye caminatas sobre nieve, acercamiento al glaciar y tiempo para explorar las cavidades principales.