En 2014, la empresa gráfica estadounidense Donnelley anunció el cierre de la fábrica que tenía en Garín, en la zona norte de la provincia de Buenos Aires. En la puerta, dejaron pegado un cartel con un número de teléfono en el que las cientos de personas que trabajaban allí podían pedir detalles sobre la indemnización. Desde ese momento, los trabajadores decidieron hacerse cargo del establecimiento y hacer que siga funcionando y este martes, casi 11 años después, consiguieron que el Senado bonaerense aprobara la expropiación por cinco años para que opere allí la ahora coperativa Madygraf, ex Donnelley.
Después de un largo proceso legislativo, que comenzó hace más de un año en la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires, el Senado aprobó el martes la expropiación por cinco años de la fábrica que tiene sede en Garín. "La ley de expropiación que se votó en el día de ayer y que peleamos durante todos estos meses es por cinco años, es decir, que hay un plazo para que se ejecute, para que el Estado pague a la quiebra la expropiación y, obviamente, para que nosotros podamos seguir exigiendo trabajo del Estado para poder afrontar y que la fábrica sea efectivamente de los y las trabajadoras de Madygraf", dijo a El Destape Vanina Mancuso, trabajadora de la cooperativa, quien expresó: "Nosotros no solo tenemos que llevar el mango a nuestra casa, sino que también queremos pensar cómo las fábricas que son manejadas por sus trabajadores y trabajadoras ponen la producción al servicio de la comunidad y, a la vez, que sea una producción amigable con el ambiente".
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Mancuso explicó que, en estos más de 10 años, los más de 100 trabajadores de Madygraf tuvieron que adaptar la producción para conseguir rentabilidad y poder seguir operando. "Desde el primer momento nosotros pensamos cómo reconvertir la producción. Por eso, pensamos en una nueva línea de bolsas de papel, que es lo que está sosteniendo a las más de 100 familias que hoy somos Madygraf. Después de tanto tiempo y de tanta pelea, haber conseguido la ley de expropiación fue algo muy emocionante", sostuvo.
"En este marco de crisis aguda, de ataque, de ajuste a los trabajadores y las trabajadoras de la salud, de la educación, a los jubilados y jubiladas, creemos que haber conquistado un fallo así es muy importante. Es un primer paso. Nosotros no nos vamos a conformar con esto porque, además, sabemos que nadie se salva solo, que nosotros hoy conseguimos esta ley que demuestra que la fábrica es nuestra, pero que en esta situación de ajuste y de ahogo nadie se salva solo. Lo sabemos muy bien por todo este camino que hemos recorrido", continuó y agregó: "Lo que nosotros podemos demostrar es que las fábricas sin patrones pueden funcionar, pero sin los trabajadores, no".
La confluencia de luchas y la solidaridad entre trabajadores.
A lo largo de estos años, los trabajadores de la cooperativa Madygraf recibieron el apoyo de múltiples sectores, que ahora devuelven respaldando sus luchas, en un contexto de brutal ajuste y desidia por parte del Gobierno nacional. "Haber acompañado tantas luchas fue para nosotros la llave para que el día que cerró la planta vinieran cientos de trabajadores de otras fábricas a bancar la toma con nosotros, a estar en la puerta para darnos apoyo los trabajadores de la alimentación, por ejemplo, de Mondelēz y de Georgalos, que hoy están en lucha. Nos hicieron las primeras cajas navideñas cuando nosotros no teníamos sueldo directamente y hoy estamos acompañando esa pelea en contra de los despidos ilegales y discriminatorios en Georgalos", relató Vanina Mancuso.
Luego, mostró otro ejemplo de reciprocidad en luchas de distintos sectores, que se dio, puntualmente, con los trabajadores del Hospital Garrahan, que semana a semana llevan a cabo un plan de acción en busca de mejores condiciones laborales. "Cuando tomamos la planta y nos quedamos sin obra social, el sindicato gráfico nos la negó durante muchos meses. Fueron los trabajadores del Garrahan quienes atendieron a los hijos y a las hijas de todos los compañeros de Madygraf. Por eso, hoy estuvimos presentes en el abrazo que hicieron en la puerta a partir del paro que están haciendo y trajimos una producción de cuadernos para donar para todos los niños del Hospital Garrahan y, obviamente, para el personal de salud que está dando esta importante pelea", transmitió la trabajadora de Madygraf .
Así como ellos recibieron apoyo de trabajadores de otras empresas, ahora ellos lo hacen con los de la gráfica Anselmo Morvillo, que desde hace meses permanecen en la fábrica situada en Avellaneda ante el intento de cierre y despidos de cientos de trabajadores. "Obviamente estamos en contacto con los trabajadores de Morvillo. La primera decisión que se tomó en asamblea fue no aceptar ningún trabajo que hiciera Morvillo, porque lo vivimos en carne propia cuando cerró Donnelley, que lo primero que quisieron hacer era llevarse los trabajos a otros talleres. Entonces nosotros, solidariamente, no vamos a realizar ningún trabajo de una fábrica que esté luchando. Apoyamos a los obreros", agregó Mancuso.
Tarda en llegar: el largo camino legislativo hasta conseguir la expropiación por cinco años
El proyecto, presentado el 19 de marzo de 2024 en la Cámara de Diputados bonaerense, contó con el apoyo inicial de distintas bancadas que ya estaban familiarizadas con la lucha de los trabajadores, como el Frente de Izquierda y de Trabajadores - Unidad (FIT-U), Unión por la Patria (UP) y legisladores de otros bloques. Se giró a tres comisiones y consiguió la media sanción recién el primero de octubre, casi diez meses más tarde, y se envió al Senado. "Durante muchos meses estuvo cajoneado y no fue más que por la presión de los propios trabajadores, que recorrieron cada una de las oficinas y se juntaron con todos los bloques, que se pusieron a disposición para que cada uno de los bloques conozca lo que ellos hacen y por lo que vienen peleando, es que finalmente logran la aprobación el martes", puntualizó a El Destape la diputada provincial del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) dentro del FIT-U, Laura Cano.
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Durante largos períodos de tiempo, el Poder Legislativo bonaerense fue aprobando expropiaciones de la fábrica en la que opera Madygraf por dos años. "Ayer logramos que la expropiación fuera por cinco años, pero seguimos peleando por su expropiación definitiva", enfatizó Cano, quien consideró: "Nos parece que el hecho de que la Legislatura de la provincia de Buenos Aires, tanto la Cámara de Diputados como ahora la Cámara de Senadores, haya escuchado el reclamo de los trabajadores, es producto de la lucha que han llevado adelante los trabajadores y trabajadoras. Por supuesto que es un alivio en medio de semejante situación, y lo que pretendemos es que Madygraf funcione como una referencia para un montón de sectores que hoy se están enfrentando con mucha valentía y con mucha resistencia a los ataques del Gobierno nacional. Estamos muy orgullosos por lo conquistado, pero consideramos que tiene que ser un punto de apoyo para pelear por la expropiación definitiva y para pelear por una verdadera salida para la clase trabajadora frente a un contexto de un ajuste brutal hacia las familias laburantes de nuestro país".
Los trabajadores hablan con orgullo de la expropiación por cinco años de la fábrica. En medio de una coyuntura adversa para la clase trabajadora, que ve cómo sus condiciones de vida se deterioran en perjuicio de unos poco. Este triunfo, que es pequeño si se observa el plano general, es gigante si se toma noción de lo que representa: a veces, y cuando parece que no, ganan los que suelen perder.