En la causa por el crimen de Fernando Báez Sosa se ubica a Máximo Thomsen, uno de los rugbiers condenados a prisión perpetua, como una de las personas que más se ensañó con el adolescente de 18 años y quien habría dado el golpe final que acabó con su vida. Hay más de 10 pruebas incorporadas al expediente, incluida la foto de la zapatilla con la que se cree que pateó al estudiante de Derecho en el piso aquel 18 de enero de 2020.
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La huella de la zapatilla de Máximo Thomsen
Los testigos en el juicio aseguraron que Thomsen lo golpeó cuando el adolescente ya estaba inconsciente. Las pericias de ADN y otros estudios específicos tenían también rastros de la golpiza. De acuerdo a la autopsia, Báez Sosa murió "producto de un paro cardíaco traumático por shock neurogénico producido por múltiples traumatismos de cráneo que generaron hemorragia masiva intra craneana". Con estas pericias también determinaron que había al menos dos marcas de zapatilla en la cabeza y cara de Fernando.
Los estudios científicos scopométricos comprobaron que Thomsen pateó en la parte derecha de la cabeza a Fernando cuando ya estaba en el piso. Al menos 5 amigos de Fernando, muchos de los cuales también recibieron golpes por el cordón que armaron los rugbiers para que nadie pudiera ayudarlo, lo identificaron además en las ruedas de reconocimiento.
La frase de Thomsen sobre Fernando Báez Sosa: "Trofeo"
Los testigos que estaban cerca al momento de la golpiza indicaron también que esa noche Thomsen le decía a Fernando, mientras descargaba toda su bronca: ""Esto te pasa por pegar por atrás". "Quedate tranquilo, yo me lo voy a llevar de trofeo".
Luciano Bonamaison, uno de los amigos de Fernando Báez Sosa, declaró que vio cuando “Máximo Thomsen le pegó una patada, con odio, brutalidad y con intención de matar” a Fernando.
Tomás Bidonde, otro de los testigos, dijo que vio cuando el rugbier le pegó "dos puntinazos" en la cabeza a la víctima cuando estaba en el suelo. "Después recuerdo que lo agarra de la cabeza y le vuelve a dar dos o tres patadas", sumó.
En esa línea, Lucas Begide (otro de los amigos de Fernando) remarcó que "Thomsen le pegó a Fernando una patada en la cabeza con el pie derecho".
Los datos de la autopsia sobre la patada final de Thomsen
Durante el juicio, María Eugenia Cariac, perito de Policía Científica, dijo que Fernando tenía una marca de zapatilla de al menos 6 centímetros por 2 en la parte izquierda del mentón, producto de una patada. La lesión era compatible con la zapatilla que usaba Máximo Thomsen, de acuerdo a la experta que realizó los estudios escopométricos para analizar los rastros de la golpiza en el cuerpo del estudiante de Derecho asesinado.
Después, la perito Graciela Noemi Parodi confirmó que ese calzado tenía sangre, en tanto que César Guida ratificó que correspondía al ADN de Fernando. La médica contó que la madrugada de ese 18 de enero encontró a Fernando Báez Sosa ya sin signos vitales. De acuerdo a su relato, se dio cuenta de que por el tipo de lesiones que presentaba, el joven "no tenía posibilidad de sobrevida".
