Ola polar y frío en Argentina: cómo prevenir las enfermedades respiratorias más comunes del otoño-invierno

Con las bajas temperaturas aparecen los primeros resfriados, cómo saber cuándo acudir al hospital y cómo evitar enfermarse en esta época del año. 

30 de mayo, 2025 | 09.15

Llegó la primera ola polar del año y, con las bajas temperaturas, empiezan a aparecer los típicos síntomas: congestión, tos, mocos, malestar general. Ya sea en chicos, adultos o personas mayores, habitualmente se presentan afecciones que parecen un simple resfrío, pero ¿cómo saber si no estamos frente a una gripe o algo más serio? 

Ola polar y frío en Argentina: cómo prevenir las enfermedades respiratorias más comunes del otoño-invierno

Uno de los grandes problemas del invierno es que muchas enfermedades comparten síntomas similares, pero no todas tienen el mismo riesgo, ni afectan a todas las personas de la misma forma. 

La Dra. Pia Majdalani (MN 93.075), Jefa de la División Medicina Interna General del Hospital de Clínicas, remarca que el síntoma que establece el grado de urgencia es la fiebre. “Sin fiebre, una congestión, un poco de dolor de garganta o una tos pasajera no suelen ser urgencias ni requieren medicación ni consulta médica inmediata, pero cuando la fiebre aparece, sobre todo si se mantiene por más de 48 horas, se enciende una alerta. Ahí es donde el cuerpo dice que algo más serio puede estar en curso. No siempre será grave, pero sí requiere evaluación médica”, advierte Majdalani.

Ola polar y frío en Argentina: cómo prevenir las enfermedades respiratorias más comunes del otoño-invierno.

Para la especialista, más allá de la enfermedad lo importante es conocerse, prestar atención a la intensidad de los síntomas y al contexto en que aparecen. "No es lo mismo tener una gripe siendo una persona joven y sana, que si se tiene asma, si se es mayor de 60 o si se convive con una enfermedad respiratoria crónica”, comenta Majdalani.

Con el cambio de estación y el descenso de temperatura, los ambientes cerrados y la circulación de virus respiratorios generan un combo que afecta especialmente a niños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas. Se produce un aumento de las enfermedades respiratorias. “No solo el frío nos enferma, sino también la exposición a los gérmenes según la estación”, explica la Dra. Ana Putruele (MN 55.966), jefa de la División Neumonología del Hospital de Clínicas.

Para prevenir que las pequeñas afecciones se conviertan en enfermedades hay 3 claves:

  1. Consultá a tiempo ante los primeros síntomas de alarma.
  2. Tené un conocimiento general sobre las enfermedades y sus síntomas.
  3. Completá el calendario de vacunación, tanto en niños como en adultos (especialmente en embarazadas), son fundamentales las vacunas contra la gripe, el neumococo, el Virus Sincicial Respiratorio y el Covid-19.

En invierno son frecuentes en adultos la faringitis, laringitis y rinitis, mientras que en los niños abundan las otitis externas, los dolores de oído provocados por acumulación de moco, los tapones de cera y los sangrados de nariz, sobre todo por rascado o por el aire seco.

La otitis media efusiva, por ejemplo, es una de las consultas más frecuentes. Afecta tanto a chicos como a adultos y no responde necesariamente a la estacionalidad: consiste en la acumulación de líquido en el oído medio, sin infección aguda, lo que provoca sensación de oído tapado, pérdida auditiva parcial y molestias intermitentes. Si bien es una afección común, suele generar confusión y ansiedad.

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Cuándo hay que ir a la guardia: la diferencia entre una urgencia y una emergencia

Saber diferenciar entre una urgencia y una emergencia puede evitar colapsos innecesarios en el sistema de salud, fundamentalmente en invierno cuando las enfermedades abundan. La Dra. Sofía Luzzi (MN 178.557), de la División de Otorrinolaringología del Hospital de Clínicas de la UBA, subraya que una emergencia implica riesgo vital y requiere atención inmediata, como puede ser el caso de un sangrado nasal incontrolable en una persona anticoagulada o una dificultad respiratoria grave por lesiones o tumores.

Por otro lado, las urgencias son cuadros que deben atenderse rápido para evitar complicaciones, pero que no representan un peligro inmediato, por ejemplo, una fiebre alta persistente (más de 38°C durante varios días), dolores de garganta severos que no ceden con analgésicos comunes tras 48 a 72 horas, o sinusitis agudas.

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Los profesionales remarcan que no todo síntoma invernal justifica una visita al hospital a la madrugada. "Tapones de cera, resfriados leves, sangrados nasales leves en niños y dolores de garganta moderados son ejemplos de molestias que pueden manejarse en el domicilio con medicación básica, reposo e hidratación. Muchas veces, las visitas a la guardia responden más al miedo o la ansiedad que a una necesidad clínica concreta. En esos casos, el tiempo de espera suele ser mayor y la atención puede verse diluida", remarcan desde el Hospital de Clínicas.

La saturación de las guardias no solo afecta a quienes van por casos leves, sino que compromete la atención de quienes realmente enfrentan situaciones graves. “Entender estos criterios no solo mejora la atención médica para quienes realmente lo necesitan, sino que también ayuda a mantener el sistema de salud operando de manera eficiente y efectiva”, concluye Luzzi. 

La prevención, la consulta oportuna en consultorios ambulatorios y el conocimiento de los síntomas más comunes siguen siendo las mejores herramientas para cuidarse. Los especialistas coinciden en que, frente a la circulación de múltiples virus respiratorios, la mejor forma de transitar este otoño-invierno de manera saludable es estar atentos a los síntomas, especialmente a su intensidad y duración, y prestar especial atención a la fiebre persistente. Conocer el propio cuerpo, tener en cuenta enfermedades preexistentes y mantener al día el calendario de vacunación son herramientas clave para evitar complicaciones y tomar decisiones a tiempo.