Tamara Fierro tenía 29 años y era mamá de una nena de 3. Desapareció el 24 de mayo tras participar la noche anterior de las fiestas patronales en celebración de María Auxiliadora y San Isidro Labrador. Algunos testigos la ubicaron en los festejos alrededor de las 11 de la noche del viernes 23 y posteriormente, en la mañana del día siguiente, una cámara de seguridad captó la imagen de la joven llegando cerca de las 9 de la mañana en moto a la casa de un joven llamado Diego Castro. Casi 3 horas después, Tamara envió un mensaje desde su teléfono celular a familiares donde señalaba “estoy en la casa de Castro”. Allí los familiares perdieron contacto con la joven y el domingo realizaron la denuncia.
En plena investigación, la policía descubrió que el mismo sábado 24 de mayo un joven que fue identificado como Esteban Pérez llevó la moto de Tamara hasta la casa donde vivía la joven y la dejó estacionada en la vereda con las llaves puestas. Las imágenes de las cámaras de seguridad señalaron al hombre poco después de las 8 de la noche manipulando el vehículo de Tamara y luego, otras cámaras lo muestran con Diego Castro manipulando una bolsa de basura y ramas.
Las imágenes, clave de la investigación, detectaron los movimientos de los dos hombres entre las 5 y 10 de la mañana del 25 de mayo. En ellas se puede ver a los dos jóvenes manipulando una bolsa negra de basura y ramas tanto a mano como en una carretilla rumbo a un basural donde luego hallaron los restos de Tamara. A esa hora, los familiares aún no habían denunciado la desaparición y los acusados del femicidio ya trabajaban para ocultar todo tipo de rastro.
Un día más tarde, el lunes 26, y tras la denuncia de la familia, hubo una marcha de familiares y vecinos hasta la comisaría del pueblo pidiendo la búsqueda de la joven. La movilización se dio al mediodía y el reclamo fue el empujón que llevó a la Justicia a acelerar los pasos. A las 3 de la tarde una brigada allanó la casa de Diego Castro y, tras conocer las imágenes, ampliaron el rastro de búsqueda que los acercó al basural donde poco antes de las 4 de la tarde encontraron restos óseos que habían sido calcinados. Desde la casa al basural hay una distancia de 5 cuadras, las mismas que los investigadores creen que hicieron caminando con los restos en la carretilla. La confirmación del hallazgo de los restos la hizo el primer fiscal de la causa y luego delegó la investigación al fiscal regional Ernesto Resúa. Esa noche una nueva marcha recorrió el pueblo y terminó frente a la casa del principal acusado del femicidio donde trataron de quemar la vivienda. Hubo corridas y balas de goma. La versión oficial indicó que dispersaron a los manifestantes “para conservar las pruebas que podría haber en el lugar”.
El martes, casi 24 horas después de la represión a la marcha, familiares y amigos de Tamara Fierro acompañados de organizaciones sociales volvieron a marchar. Esta vez sumaron al reclamo la indignación porque ya habían liberado a varios acusados, entre los que estaba una ex pareja de la joven. Pese a la bronca, todavía faltaba confirmar que los restos hallados pertenecían a la joven, algo que recién se hizo durante la mañana del jueves, lo que provocó una nueva marcha en pedido de Justicia.
En medio de la investigación, el Secretario de Seguridad de la Provincia de Jujuy, Juan Manuel Pulleiro, habló con algunos medios y aseguró que “el crimen de Tamara Castro tiene muchos ribetes con el tema del narcotráfico” y destacó que “tenemos comprobado que el asesino y los cómplices eran vendedores de drogas”. Sin embargo, el Secretario deslizó una frase que no pasó desapercibida y generó bronca e indignación entre familiares y amigos de Tamara ya que aseguró que, más allá de la investigación o de las sospechas, “no deja de ser un crimen pasional como los otros o como tantos femicidios”. Así, Pulleiro incluyó en la lista los tres femicidios que tuvo la provincia en el último mes.
Mientras tanto, la investigación avanzó sobre los dos detenidos que tiene la causa hasta ahora. Diego Castro, de 25 años, principal acusado del femicidio quedó imputado por “homicidio calificado por circunstancias de género y ensañamiento” y su cómplice, Esteban Pérez, de 22 años, quedó detenido acusado de “encubrimiento agravado”. Mientras tanto, el pueblo de Fraile Pintado sigue reclamando Justicia por Tamara y el pedido se repite en todo Jujuy por todas las víctimas de violencia de género que tienen a la provincia en Emergencia por Violencia de Género desde hace ya 5 años.