En el occidente del departamento de Antioquia, avanza uno de los proyectos de infraestructura más ambiciosos del país: un nuevo túnel equipado con tecnología de inteligencia artificial junto a otros 39 túneles y 43 puentes que incorporan sistemas alemanes de última generación.
La obra, denominada Túnel del Toyo o Túnel 17, tendrá una longitud aproximada de 9,7 kilómetros, lo que la convierte en una de las más extensas de Colombia y una de las mayores de América Latina. Está diseñada con una calzada de 8 metros de ancho, andenes de un metro y una galería de rescate paralela de casi 10 kilómetros con conexiones de emergencia cada 200 metros.
El objetivo es reducir drásticamente los tiempos de traslado entre Medellín y la región de Urabá, y potenciar el comercio y la logística en uno de los corredores más demandados del país.
En qué consiste la “IA” del túnel
El proyecto incorpora una batería de tecnologías avanzadas: perforadoras TBM de origen alemán con inteligencia adaptativa, capaces de ajustar presión y velocidad según la dureza del terreno, sistemas de monitoreo estructural en tiempo real que detectan fallas antes de que se produzcan; sensores automáticos para control de ventilación, temperatura y gases dentro de las galerías; y cámaras de tráfico inteligente para optimizar la operación una vez puesto en servicio.
Aunque algunos analistas puntualizan que no se trata de IA autónoma en sentido estricto, la combinación de automatización, análisis de datos y tecnología de punta eleva el proyecto a un nivel de vanguardia para la región.
Inversión y desafíos técnicos
La inversión inicial estimada superó los 2,7 billones de pesos colombianos, con aportes de la Nación, la Gobernación de Antioquia y la Alcaldía de Medellín. Los desafíos técnicos incluyeron excavar a más de 900 metros bajo la cumbre montaña, y mover aproximadamente 1,7 millones de metros cúbicos de roca.
Cuando esté finalizado, este túnel marcará un hito en la ingeniería vial latinoamericana y podrá servir como referente tecnológico para otros proyectos en la región. Además de mejorar la movilidad, impactará directamente en la competitividad del transporte de carga y en la integración de zonas antes aisladas.
