Pocos placeres tan simples y efectivos como un plato de ñoquis con salsa bechamel bien casera. Cremosa, delicada y versátil, es una de esas recetas que pasan de generación en generación y que, gracias a programas como Cocineros Argentinos, sigue sumando fanáticos en todo el país.
Esta vez, la propuesta va directo al paladar: "clásico de los clásicos, pero con una vuelta cremosa que te va a hacer pedir repetición", dicen desde la cocina que supo ser la más popular de la televisión. Y no mienten: con esta receta fácil y bien explicada, hasta un principiante logra el toque justo de cremosidad.
Los ingredientes básicos para una bechamel rendidora
Para hacer la salsa bechamel tradicional, solo necesitás:
- 30 gramos de harina 0000.
- 30 gramos de manteca.
- 300 ml de leche.
- 1 cucharada de mostaza.
- Nuez moscada, sal y pimienta a gusto.
- Perejil.
- Queso de rallar.
El truco de esta versión es sumar mostaza, un ingrediente que potencia el sabor, y mucha nuez moscada, que perfuma la salsa y la vuelve inolvidable. Además, el queso rallado al final hace toda la diferencia.
Paso a paso: la salsa que no falla
Para los que todavía dudan, la clave es seguir este procedimiento, tal cual lo explica Cocineros Argentinos:
- Derretir la manteca en una sartén caliente. Agregar la harina y revolver hasta integrar.
- Sumar la leche y seguir mezclando. Incorporar la mostaza y la nuez moscada a gusto, condimentar con sal y pimienta y perejil.
- Sacar los ñoquis de la olla y pasarlos a la sartén con la salsa para integrar bien. Servir en un plato con queso de rallar. ¡A comer!
Así de simple, así de rico. Si querés un bonus tip: "cociná las papas con cáscara para que no se llenen de agua, y amasá suave para que los ñoquis salgan livianitos como nube", recomiendan desde Cocineros Argentinos.
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Bechamel y tradición: la dupla que nunca falla
Ideal para un almuerzo de domingo, una cena del 29 (como manda la tradición) o para cualquier día en que el cuerpo pida mimo, esta bechamel casera demuestra por qué los clásicos nunca pasan de moda. Como bien dicen los maestros de Cocineros Argentinos: "Una receta fácil, rendidora y perfecta para cualquier día (pero si los hacés un 29... mejor todavía)".
¿El secreto final? No apurarse: revolvé, condimentá y serví bien caliente. El resto es puro disfrute.