Las conmociones cerebrales y las lesiones cerebrales traumáticas (LCT) suelen considerarse posibles causas de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), conocida también como enfermedad de Lou Gehrig. Sin embargo, un estudio reciente pone en duda esta relación, planteando que esas lesiones podrían ser, en realidad, una señal temprana de la ELA en sus primeras etapas.
El equipo liderado por el Dr. William Stewart, neuropatólogo del Hospital de la Universidad de Queen Elizabeth en Glasgow, Reino Unido, explicó en JAMA Network Open que la pérdida de control muscular propia de la ELA inicial podría aumentar la probabilidad de caídas o accidentes que provoquen conmociones cerebrales. "La LCT en algunos individuos quizá (refleje) una consecuencia de la ELA temprana y subclínica", concluyeron.
Los detalles del nuevo estudio sobre la esclerosis lateral amiotrófica
Para llegar a esta conclusión, los investigadores compararon a cerca de 85.700 pacientes con lesiones cerebrales traumáticas con más de 257.000 personas sin antecedentes de LCT. Durante un seguimiento cercano a los seis años, se registraron 150 casos de ELA entre todos los participantes.
Los resultados mostraron que las lesiones cerebrales traumáticas se asociaron con un riesgo más del doble de desarrollar ELA, pero este aumento en el riesgo se limitó a los dos años posteriores a la conmoción. Además, no hubo diferencias significativas en la edad al momento del diagnóstico o de la muerte entre pacientes con ELA que habían sufrido una conmoción y aquellos que no.
Según los autores, "parece plausible que el alto riesgo de ELA que observamos en los años inmediatamente posteriores a una lesión cerebral traumática podría representar una causalidad inversa". En otras palabras, más que la LCT provocar la ELA, podría ser una complicación temprana en personas con ELA preclínica, debido a la mayor tendencia a caídas u otros eventos que desencadenan la lesión.
La Dra. Rosanna Sabini, directora médica del programa de conmociones cerebrales de Northwell Health en Nueva York, opinó que estos hallazgos subrayan la importancia de que los médicos estén atentos a las señales de enfermedades neurodegenerativas en pacientes que sufren lesiones cerebrales traumáticas. "Los médicos deben seguir a los pacientes durante su recuperación e identificar neurológicamente cómo están", afirmó. "Cuanto antes intervenga, más probabilidades tendrá de mejorar los resultados y la esperanza de vida según el curso de la trayectoria".
La ELA es un trastorno neurológico que se desarrolla con la edad y afecta neuronas motoras en el cerebro y la médula espinal. Esta enfermedad provoca una debilidad progresiva en los músculos, dificultando acciones como caminar y, en etapas avanzadas, comprometiendo la respiración, lo que puede requerir asistencia con un ventilador.
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La comprensión de esta posible relación inversa entre conmociones cerebrales y ELA podría cambiar la forma en que se diagnostica y trata esta enfermedad, además de alertar a pacientes y médicos sobre la importancia de un seguimiento cuidadoso tras una lesión cerebral traumática.