En qué localidades de la Argentina hay altos niveles de arsénico: el mapa de los puntos con más riesgo

Un nuevo relevamiento nacional del ITBA actualiza el mapa de áreas afectadas y expone niveles que superan los valores normales.

02 de diciembre, 2025 | 11.54

La presencia de arsénico, el avance del arsénico en el agua y los casos asociados al consumo de agua contaminada conforman una problemática ambiental que afecta a diversas regiones de la Argentina. Un nuevo relevamiento nacional expone datos actualizados sobre los niveles detectados y permite dimensionar el alcance geográfico del riesgo sanitario.

Regiones afectadas según el nuevo mapa de arsénico

El Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) presentó una actualización de su sistema de monitoreo hídrico con un Mapa de Arsénico que recopila más de 350 muestras recolectadas en distintas provincias. El estudio detectó la presencia de este contaminante en sectores de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Santiago del Estero, Tucumán y La Pampa, con niveles que en numerosos casos superan los parámetros sugeridos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La evaluación indica que más de cuatro millones de habitantes están expuestos a valores superiores a los recomendados para el consumo seguro.

Causas naturales y distribución del arsénico en el subsuelo

El origen del arsénico presente en el territorio argentino se remonta a procesos geológicos de larga data. De acuerdo con especialistas, se trata de un contaminante natural asociado a la formación de la Cordillera de los Andes. Durante ese período, la intensa actividad volcánica generó cenizas que se desplazaron hacia amplias zonas del país y llegaron incluso a las costas del Atlántico.

Con el paso del tiempo, esas cenizas se consolidaron y formaron parte del subsuelo actual. Al entrar en contacto con el agua, las rocas y minerales liberaron compuestos que dieron origen a dos formas inorgánicas principales: arsénico 3 y arsénico 5, ambas de impacto ecotoxicológico diferente. Estos procesos permiten comprender por qué la presencia del contaminante no responde a un patrón industrial puntual, sino a un fenómeno natural que atraviesa buena parte del territorio.

Consecuencias del consumo prolongado de agua contaminada

El contacto sostenido con agua contaminada con arsénico incrementa el riesgo de desarrollar Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico (HACRE), una afección que se manifiesta después de un período prolongado de exposición. Entre sus síntomas más frecuentes se encuentran alteraciones dérmicas, lesiones cutáneas y problemas respiratorios, que pueden evolucionar hacia patologías graves si no existe intervención adecuada.

El consumo prolongado de agua con arsénico incrementa el riesgo de HACRE y otras patologías graves

Según el estudio del ITBA, la ingesta diaria de arsénico en el agua también puede desencadenar cuadros como cáncer de pulmón, cáncer de laringe, fibrosis pulmonar y fallas multiorgánicas. El compuesto químico ingresa al organismo al beber, cocinar o incluso bañarse, lo que resalta la importancia de contar con sistemas de tratamiento y monitoreo permanente en las zonas afectadas.

Localidades con mayor riesgo y necesidad de monitoreo continuo

Las provincias incluidas en el relevamiento presentan escenarios heterogéneos, pero todas comparten la presencia de concentraciones superiores a los valores recomendados en distintos municipios o parajes. Si bien el estudio no detalla cada localidad de manera individual, sí evidencia que la distribución del contaminante responde a patrones geológicos amplios, lo que obliga a mantener una vigilancia constante y a implementar sistemas de tratamiento en comunidades con riesgo elevado.

El mapa del ITBA representa una herramienta clave para visualizar la expansión del fenómeno y orientar políticas públicas de salud y recursos hídricos. La identificación de regiones críticas permite reforzar estudios locales, mejorar la infraestructura de potabilización y generar información accesible para la población.