Es común ver que la salud respiratoria se dé por sentada, actitud que suele modificarse en el momento en que algo falla. Es por este motivo que Julieta Daiana De Cunto, médica neumonóloga, nos recuerda la importancia de un estudio que nos da a conocer nuestro "perfil pulmonar", incluso sin haber presentado algún tipo de síntoma que genere preocupaciones. Se trata, ni más ni menos, que de la espirometría.
La espirometría es una prueba de función pulmonar que mide la cantidad y velocidad de aire que una persona puede inhalar y exhalar. Este análisis es una herramienta clave para la detección temprana, el control y la prevención de enfermedades pulmonares crónicas.
La doctora De Cunto nos explica que: "A los 25 años, el pulmón se desarrolla completamente, y a partir de los 35 todos comenzamos a perder capacidad pulmonar de manera natural. La espirometría es, en ese sentido, como un electrocardiograma del pulmón: nos permite establecer una línea de base para comparar a futuro".
La Organización Mundial de la Salud (OMS), por su parte, indica que enfermedades como el asma, el EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) y la fibrosis pulmonar, afectan a más de 500 millones de personas en el mundo. En ese marco, según el Ministerio de Salud de la Nación, en Argentina uno de cada diez adultos mayores de 40 años padece EPOC.
¿Cuándo alguien debe realizarse una espirometría?
Más allá de si la persona posee o no síntomas, esta prueba se recomienda a partir de los 35 años, edad que puede reducirse por antecedentes familiares, tabaquismo, exposición al polvo, humo o químicos y también en las personas que padecen:
- Asma o broncoespasmos.
- Sinusitis crónica o poliposis nasal.
- Enfermedades autoinmunes, como el Lupus.
- Secuelas respiratorias del COVID-19.
Y también ante la persistencia de tos, silbidos en el pecho, falta de aire o dolor torácico.
“El estudio nos brinda información crítica sobre la capacidad vital forzada y el volumen espiratorio forzado en el primer segundo. Pero si sospechamos alguna restricción, complementamos con la medición de volúmenes pulmonares, que nos indica cuánto aire entra realmente en el pulmón”, explica la neumonóloga De Cunto.
¿Cada cuánto debe realizarse la espirometría? Control y seguimiento
Si bien puede variar según indicación médica, lo ideal sería realizar una espirometría cada 6 meses, aunque esto puede estar sujeto a cambios en el tratamiento o evolución de la enfermedad.
Por último, la médica neumonóloga aclara: "Controlar cómo respiramos puede marcar la diferencia entre una vida plena o una enfermedad diagnosticada tardíamente. Hoy contamos con tecnología segura y accesible para hacerlo de forma simple".