La prediabetes es una condición en la que el nivel de azúcar en sangre supera lo normal pero aún no alcanza los valores que definen la diabetes tipo 2. En esta etapa, el cuerpo comienza a perder la capacidad de controlar la glucosa y la energía, aunque suele no presentar síntomas visibles.
Un estudio realizado por científicos de la Universidad de Buffalo, liderado por Obinna Ekwunife, reveló que esta condición incrementa el riesgo de muerte prematura, especialmente en personas de entre 20 y 54 años. La investigación fue publicada en la revista JAMA Network Open y se basó en datos de una encuesta nacional de salud en Estados Unidos.
¿Qué es la prediabetes?
La prediabetes se diagnostica principalmente mediante la prueba de hemoglobina glicosilada, que mide el promedio de glucosa en sangre durante los últimos dos o tres meses. Un resultado entre 5,7% y 6,4% indica prediabetes, mientras que valores menores a 5,7% se consideran normales y mayores a 6,5% sugieren diabetes.
En América Latina, estudios previos mostraron que cerca del 24% de la población presenta prediabetes, un dato que alerta sobre la magnitud del problema en la región. En el análisis estadounidense, se evaluaron a 38.093 adultos mayores de 20 años, de los cuales 9.971 (26,2%) tenían prediabetes.
Al principio, los resultados indicaron que la prediabetes estaba relacionada con un mayor riesgo de muerte en general. Sin embargo, luego de ajustar por edad, antecedentes médicos y otras enfermedades, ese vínculo desapareció excepto en el grupo de personas de 20 a 54 años, donde el peligro de mortalidad se mantuvo.
Los científicos explicaron: “Encontramos que la relación significativa entre prediabetes y mortalidad solo se mantuvo en adultos de 20 a 54 años”. En cambio, en las personas mayores no se observó ese efecto. Entre los posibles motivos, mencionaron hábitos de vida, acceso limitado a la atención médica y los desafíos propios de esa etapa de la vida.
MÁS INFO
Por eso, recomendaron la realización de controles antes de que aparezcan síntomas, sobre todo en quienes tienen obesidad, antecedentes familiares o dificultades económicas. “Es fundamental hacer controles de glucosa y derivar a programas de prevención adecuados para cada edad”, sugirieron, ya que detectar la prediabetes a tiempo puede cambiar el curso de la enfermedad y evitar complicaciones.
Además, subrayaron la necesidad de crear programas de prevención específicos para jóvenes adultos que sean flexibles, virtuales y cuenten con apoyo entre pares, para lograr mayor acceso y participación en estas iniciativas.
En Argentina, el investigador del Conicet Gustavo Frechtel destacó que la prediabetes es una situación clínica preocupante porque implica un riesgo aumentado de enfermedad cardiovascular y diabetes tipo 2. “El diagnóstico del problema también es una excelente oportunidad para intervenir con cambios en el estilo de vida y/o medicación para impedir o retrasar la progresión a las complicaciones”, afirmó.
Finalmente, señaló que las modificaciones sostenidas en la alimentación y la práctica de actividad física son claves para prevenir que la prediabetes avance hacia la diabetes tipo 2, mejorando así la calidad y expectativa de vida de quienes la padecen.