Un equipo de Vanderbilt propuso una expansión del modelo tradicional de los Cinco Grandes mediante Análisis Taxonómico de Grafos. Este enfoque identificó nuevos rasgos como sociabilidad, integridad, impulsividad y un metarrelato llamado desinhibición, y plantea una reorganización de los rasgos en niveles jerárquicos, con impacto potencial en diagnósticos psicológicos.
Durante cuatro décadas, el modelo de los "Cinco Grandes" -consciencia, amabilidad, neuroticismo, apertura y extraversión- dominó la psicología de la personalidad. No obstante, un reciente estudio científico desarrollado por Alexander Christensen y su equipo en la Universidad de Vanderbilt propone una ampliación significativa de este marco teórico. Según la investigación, el enfoque actual podría quedar “incompleto” y requiere una mirada más profunda.
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El estudio que expone cómo entender a la mente humana desde otro enfoque
Estas investigaciones adoptaron un método innovador denominado Taxonomic Graph Analysis (TGA). A partir de un análisis de abajo hacia arriba -de los ítems individuales al nivel de metatraits- los investigadores lograron identificar nuevas dimensiones de la personalidad, entre ellas los rasgos de sociabilidad, integridad e impulsividad, además de un metarastro denominado desinhibición.
El uso del TGA reveló una estructura de tres niveles: 28 facetas específicas (niveles más finos), seis rasgos (los clásicos más los nuevos mencionados) y tres metarrelaciones: estabilidad, plasticidad y la recién identificada desinhibición. Este nuevo enfoque no solo redefine cómo describimos la personalidad, sino que también plantea un impacto potencial en el ámbito clínico y el diagnóstico psicológico. Christensen señala que esta metodología podría, por ejemplo, replantear la forma en que entendemos la depresión y la ansiedad, considerándolas no como trastornos separados sino como diferentes manifestaciones de un mismo tipo de condición interna.
La clave del estudio reside en dejar atrás la mirada rígida del modelo tradicional y avanzar hacia una clasificación más precisa, con base empírica y respaldada por ciencia de datos. La introducción de estos nuevos rasgos invita a una reflexión más rica sobre cómo evaluamos la personalidad humana, un paso relevante para la psicología contemporánea.