Impacto por cómo se ve el microcentro de Buenos Aires en 2125, según la Inteligencia artificial

Una recreación de una herramienta de Inteligencia artificial proyectó cómo sería microcentro porteño dentro de 100 años y se ve sin autos, con jardines verticales y un Obelisco que monitorea el aire. 

26 de agosto, 2025 | 23.32

Una recreación generada por Inteligencia artificial mostró cómo podría transformarse el microcentro de Buenos Aires dentro de 100 años. Según esta proyección futurista, el corazón financiero de la ciudad dejaría atrás los tradicionales rascacielos de hormigón para convertirse en un distrito verde, peatonal y con una tecnología muy avanzada.

El Obelisco, ícono porteño, mantendría su estructura física pero cumpliría nuevas funciones dentro de un entorno totalmente renovado. Esta visión plantea un centro urbano donde la naturaleza y la innovación tecnológica conviven en armonía, reemplazando las calles atestadas de autos y contaminación por espacios peatonales con terrazas públicas, transporte sostenible y fuentes de energía renovable.

La inteligencia artificial también imaginó que edificios históricos como el Cabildo y el Teatro Colón seguirían en pie, pero adaptados con mejoras sustentables. Las fachadas modernas de vidrio serían sustituidas por jardines verticales y enredaderas comestibles, mientras que los balcones se convertirían en huertas comunitarias. Además, los techos principales tendrían paneles fotovoltaicos retráctiles que generarían energía limpia y brindarían sombra a los transeúntes.

En cuanto al transporte, la simulación propone una revolución total: los autos particulares desaparecerían de la superficie y serían reemplazados por tranvías eléctricos, bicicletas y vehículos autónomos de bajo impacto ambiental. El subte se modernizaría con trenes sin conductor que circularían cada minuto y medio, agilizando la movilidad en toda la zona.

Un dato interesante es la creación de un sistema de humedales urbanos en la zona del Bajo, que conectaría el microcentro con el Río de la Plata. Este parque inundable no solo protegería a la ciudad de las sudestadas, sino que también funcionaría como un espacio recreativo para los vecinos.

La vida cotidiana en este microcentro sería muy distinta a la actual. Los espacios se llenarían de cafés-laboratorio, ferias gastronómicas y espectáculos callejeros que animarían las calles a cualquier hora, eliminando la imagen de "ciudad fantasma" que suele verse después del horario laboral. El Obelisco se transformaría en una torre sensorial encargada de monitorear la calidad del aire y proyectar información ambiental en tiempo real.

La proyección de la Inteligencia artificial sobre el futuro del microcentro porteño.

Según la recreación, esta profunda transformación sería producto de décadas de políticas públicas enfocadas en la sostenibilidad, avances tecnológicos y una activa participación ciudadana. El microcentro del futuro se imaginaría como un laboratorio de ciudad inteligente, donde el verde urbano y la innovación se combinarían para lograr un espacio más habitable, resiliente y conectado con su entorno.

La Ciudad tendrá nuevos espacios públicos en estos barrios

Con el objetivo de recuperar espacio público en los barrios de Flores, Floresta, Villa Luro y Liniers, la Ciudad de Buenos Aires puso en marcha un plan de obras para ordenar y reducir el tamaño de nueve obradores del soterramiento del ferrocarril Sarmiento que se encuentran abandonados.

Además, los trabajos permitirán mejorar la seguridad del entorno urbano para todos los vecinos. Los vecinos venían reclamando desde el 2019, cuando la obra de soterramiento del Sarmiento fue paralizada y quedaron abandonados los obradores, mayor higiene y seguridad en esos lugares.

A través del Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana, el Ministerio de Infraestructura y la Dirección General de Talleres, el gobierno porteño decidió reducir los obradores y recuperar espacio público. Como se trata de una obra nacional, no puede avanzar en un cierre definitivo.

La iniciativa contempla reducir en hasta un 50% la superficie de cada obrador, acercando los vallados a los bordes de excavación sin comprometer las condiciones de seguridad. Se trata de una medida que permite liberar veredas y calzadas, mejorar la visibilidad, facilitar la circulación y ordenar el espacio público.