La cortina de baño es un elemento muy necesario dentro de la decoración del baño, ya que ayuda a cubrir la ducha para evitar salpicadura. Sin embargo, ahora empezó a estar en tendencia otra opción que las reemplaza aportando más higiene.
De estética funcional a reclamo de estilo: se trata de la mampara de baño, un elemento que dejó de ser un simple reemplazo para convertirse en una opción elegante, moderna y más higiénica. Frente a las tradicionales cortinas de plástico, la mampara aporta soluciones que mejoran tanto el mantenimiento como la experiencia diaria del baño.
Las cortinas suelen acumular humedad, generando moho y bacterias en sus pliegues, lo que obliga a reemplazarlas con frecuencia. En cambio, las mamparas fabricadas en vidrio templado o acrílico son mucho más resistentes, no retienen humedad ni microorganismos, y aportan un entorno más limpio y seguro.
Además, el vidrio transparente favorece una mejor circulación de la luz y da sensación de amplitud, especialmente en baños pequeños. A nivel funcional, su hermeticidad permite retener el agua dentro del área de ducha, manteniendo el piso seco y reduciendo el riesgo de resbalones.
Ventajas de las mamparas en el baño
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Mayor higiene: a diferencia de las cortinas, que acumulan humedad y moho, las mamparas son fáciles de limpiar y mantener impecables.
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Durabilidad: el vidrio templado resiste golpes y el desgaste diario, ofreciendo una vida útil mucho más prolongada que las cortinas de plástico.
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Estética y modernidad: una mampara transforma al instante el baño, aportando un aspecto elegante y luminoso.
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Mejor aislación: evita filtraciones de agua, manteniendo seco el resto del espacio.
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Seguridad: gracias al material templado y a su fijación estable, las mamparas ofrecen mayor seguridad y confianza en su uso.