Alegría cervecera por el descubrimiento del CONICET que busca potenciar la economía

El CONICET anunció una mejora genética que pronto verá sus frutos en la industria de la cerveza.

20 de octubre, 2025 | 18.41

Un equipo de científicos del CONICET trabaja en el mejoramiento genético de una de las variedades de cebada más cultivadas en la Argentina, Andreia. Los detalles de la investigación, sus alcances en la industria y por qué sería muy beneficioso para los productores de cervezas locales.

Un equipo multidisciplinario de investigadores del CONICET logró introducir un gen proveniente del alga Ostreococcus tauri en la variedad de cebada Andreia. El resultado es una planta con mayor contenido de almidón degradable, que facilita la fermentación y aumenta la eficiencia del malteado, paso clave para elaborar cerveza.

El proyecto comenzó en el Centro de Estudios Fotosintéticos y Bioquímicos (CEFOBI, CONICET-UNR), donde se transfirió el gen OsttaSBE a Arabidopsis thaliana, planta modelo en genética. Allí se observó un incremento notable en el contenido de almidón y una reducción en el tamaño de los gránulos. A partir de ese hallazgo, la becaria doctoral del CONICET Amanda Rosario Gómez Ibarra se propuso llevar el experimento a un cultivo de interés agronómico: la cebada.

Para hacerlo posible se conformó un grupo interinstitucional liderado por los científicos María Victoria Busi (CEFOBI) y Hugo Permingeat (IICAR, CONICET-UNR), con la participación de científicos de la Plataforma Agrobiotec de la Facultad de Ciencias Agrarias y de la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas de la Universidad Nacional de Rosario. La Plataforma Agrobiotec fue clave, ya que permite cultivar plantas durante todo el año en condiciones controladas, algo fundamental al tratarse de un cereal de crecimiento invernal.

Un avance que beneficia a la industria cervecera

El método aplicado consistió en modificar el gen del alga para que se exprese solo en el endosperma del grano de la cebada. Luego, mediante una pistola génica, se logró introducir el gen en el genoma del cereal. Hasta ahora se han generado ocho eventos transgénicos independientes, de los cuales cinco presentan mayor contenido de almidón. Incluso se halló una línea transgénica homocigota, es decir, con capacidad de transmitir de forma estable la característica de una generación a otra.

“El almidón es fundamental para la producción de alcohol. Si podemos hacerlo más flexible, las levaduras fermentan más rápido y obtenemos una mejor cerveza, con tiempos de malteado más cortos y control de sabores”, explicó Busi. Pero los beneficios no terminan ahí: la misma característica que aumenta la disponibilidad de glucosa puede mejorar la calidad de los forrajes, generando más energía para el ganado y, por ende, más kilos de carne o litros de leche.