El huevo es uno de los alimentos más versátiles y es esencial para una dieta nutritiva. Al ser rico en proteínas, grasas y carbohidratos, es una excelente fuente de energía pero solo una de sus cocciones es la correcta para mantener todos sus nutrientes.
Aunque una de las formas más populares -y favoritas de los argentinos- de comer los huevos es frito, la manera correcta de cocinarlos para que no pierdan los nutrientes es pasado por agua. Las propiedades y nutrientes de los huevos pueden alterarse según cual sea el método de cocción empleado, por lo que pasado por agua es la mejor forma para quien desea aprovechar al máximo el alimento.
Cuando el huevo se cocina en agua no está expuesto a la alta temperatura que mata las proteínas y tampoco se agregan las grasas propias de los huevos revueltos o fritos. Los especialistas recomiendan que, en caso de querer cocinar los huevos en alguna de las dos últimas cocciones, se utilice un aceite de alta calidad para evitar más grasas.
Por qué no hay que tirar las cáscaras de huevos
Las cáscaras de huevo, esas que normalmente tiramos sin pensar, se convirtieron en un gran aliado en la cocina. Según los usuarios de las redes sociales, mezclar detergente con estas cáscaras hizo maravillas a la hora de lavar los platos. La efectividad de este truco casero radica en cómo las cáscaras limpiaron superficies duras, como ollas y sartenes.
Al combinar cáscaras trituradas con un poco de detergente, se logra una mezcla capaz de dejar los platos relucientes y más limpios que nunca. Sin embargo, es clave tener cuidado con los materiales que se limpian: “es importante que los productos no sean de materiales como cristal para no dañar el brillo de la superficie”, aclararon los expertos en limpieza.