Por qué es difícil prestarle atención a los videos largos: qué es el síndrome del popcorn brain y cómo revertirlo

Las redes sociales le ofrecen a los usuarios estímulos constantes, pero han afectado su capacidad de atención. A qué se debe y cómo solucionarlo.

17 de diciembre, 2025 | 17.11

Cada vez es más difícil prestarle atención a videos muy largos en redes sociales. Ya sea en TikTok, Instagram o YouTube, parece más fácil scrollear y cambiar de publicación que llegar al final del contenido y este hábito tiene una explicación: el síndrome del "popcorn brain"

¿Qué es el síndrome de "popcorn brain"?

Con la instantaneidad de las redes sociales el cerebro se acostumbró a la estimulación constante y rápida, los usuarios suelen saltar de un microestimulo a otro sin descanso, justamente como si fueran pochoclos haciéndose. Por eso, los especialistas utilizan el término "popcorn brain" (cerebro de pochoclo) para describirlo.

El sindrome del popcorn brain se da porque el cerebro se acomtumbra a pequeños estímulos constantes

Se trata de un concepto que nació en la década de 2010, con el uso excesivo de internet, las redes sociales y la llegada de las notificaciones a la cotidianeidad de las personas. “No es un diagnóstico clínico, sino una metáfora que captura perfectamente cómo un cerebro saturado de microimpactos pierde la capacidad de sostener la atención de manera profunda", explicó sobre el término Stefano de la Torre, director de la carrera de psicología de la Universidad Científica del Sur a Estilo, en diálogo con El Comercio. 

El cerebro humano suele buscar la novedad, las recompensas rápidas y las señales importantes en el entorno, con cada microestímulo de las redes sociales se activa la dopamina, el neurotransmisor que nos mantiene enfocados y atentos para repetir aquello que nos resultó gratificante.

Sin embargo, la gran cantidad de pequeños estímulos constantes llevaron a que el cerebro entienda esa sobrestimulación como una nueva normalidad. Así, cada vez que aparece contenido más lento, conversado de manera tranquila o con profundidad se dificulta mantener la atención. 

Lo mismo ocurre con aquellas tareas que requieren de atención y detención, sin ofrecer un impacto, como leer un libro, la mayoría de personas la  sienten insuficientes o extremadamente aburridas. De acuerdo con el psicólogo se desarrolla la hiperactivación constante del sistema dopaminérgico. Cada estímulo digital produce un pequeño pico de dopamina que refuerza la conducta de seguir buscando esos estímulos y las personas cambian de contenido para encontrar un nuevo video que los estimule. 

Sin embargo, esta conducta lleva a un desgaste de la corteza prefrontal, la cual es la responsable de regular el control de la atención: las redes neuronales dedicadas a la atención profunda y sostenida trabajan cada menos y se debilitan por su falta de uso.

“Es como si la atención se rompiera en pedazos o se fragmentara por fatiga. Las interrupciones constantes, incluso cuando parecen pequeñas, van erosionando la capacidad del cerebro para mantener el foco durante períodos prolongados”, remarcó De la Torre.

Cómo se puede revertir el síndrome del "popcorn brain"

La psicóloga Susan Albers, de Cleveland Clinic, explicó a El Comercio que la evidencia demostró que los patrones y conductas del "popcorn brain" pueden revertirse, aunque señaló que depende de si poseen un trastorno de base o un comportamiento adictivo. En esos casos no hay posibilidad de lograr una "reversión completa", pero sí un hábito más saludable. 

El popcorn brain se puede revertir con un cambio de hábito en el uso del celular

Según De la Torre, gracias a la neuroplasticidad, el cerebro puede adaptarse y recuperar gran parte de la capacidad de atención cuando se crean las condiciones adecuadas. “No se trata de ‘curarlo’ por completo, sino de aprender a manejarlo", explicó.

Y aseguró sobre quienes lo padecen: "Con semanas de prácticas deliberadas, la mayoría de las personas podría experimentar mejoras claras en su capacidad de enfocarse”.