Formó parte de uno de los movimientos sociales y políticos más trascendentales de Argentina, fue admirado por San Martín y odiado por Sarmiento, e incluso fue el rostro de un billete. Sin embargo, a la hora de tener un reconocimiento "trascendental" pasó sin pena ni gloria: es uno de los pocos próceres sin feriados ni calles en su honor en CABA.
Se trata de Juan Manuel de Rosas, para muchos reconocido como antagonista pero para otros mencionado como pilar fundacional de la Argentina actual. Y aunque su accionar político y social puede generar debates, no caben dudas de que fue un protagonista fundamental de aquella Argentina recién independizada, por eso para muchos genera gran incertidumbre pensar por qué no hay ningún feriado en su honor ni calles con su nombre en CABA.
Su rol político empezó a tener relevancia en plena guerra entre unitarios y federales. Rosas se convirtió en un dirigente militar representando a los propietarios rurales y alineándose a la corriente federal, pero no fue hasta el fusilamiento de Dorrego, entonces Gobernador mandado a asesinar por Juan Lavalle, que su carrera política terminaría de despegar. El repudio que ganó Lavalle por esta decisión fue la oportunidad perfecta para Rosas, que que se opuso públicamente y ganó gran cantidad de adeptos que veían con buenos ojos que ocupe el lugar de gobernador.
En 1829, la legislatura de Buenos Aires lo proclamó Gobernador y le dio el título de "Restaurador de las Leyes e Instituciones de la Provincia de Buenos Aires", cargo que mantuvo hasta el 17 de diciembre de 1832. Una vez finalizado este mandato, Rosas no tuvo ningún cargo político, pero si fue testigo de cómo la guerra entre unitarios y federales no dejaba de crecer. Fue por este motivo que las tensiones obligaron a que el gobernador Vicente Maza renuncie y le ofrezca a Rosas un nuevo mandato que rechazó en un principio. Finalmente, este pedido fue aceptado y se le otorgó la suma del poder público, que no era más que la representación y ejercicio de los tres poderes del Estado. El 7 de marzo de 1835 comenzó su segundo período como gobernador.
Aunque todo parecía ir bien en el ejercicio político de Juan Manuel de Rosas, su racha finalizó el el 3 de febrero de 1852, cuando fue derrocado durante la Batalla de Caseros y exiliado a Inglaterra, situación que dio paso a la conformación de la Constitución Nacional. Por eso, su nombre quedó tildado como un "enemigo" de la patria, de ahí a que hoy en día no haya ningún feriado en su nombre y que en CABA, ciudad en la que residió y gobernó, no exista ninguna calle en su honor.
Dónde descansan hoy en día los restos de Juan Manuel de Rosas
25 años después de su exilio, Juan Manuel de Rosas falleció en Inglaterra, en 1877. Pero en Buenos Aires era tanto el desprecio por su nombre que en febrero de 1899, 47 años después de la Batalla de Caseros, Adolfo Jorge Bullrich, intendente municipal, tomó la decisión de dinamitar lo que quedaba del histórico caserón de Palermo, su última casa en el Río de la Plata. Una vez que se escucharon los bombazos, el pueblo aplaudió y festejó, dejando en claro una vez más el repudio social por la figura de Rosas.
Recién en 1989 sus restos fueron repatriados desde Inglaterra y en 1999 el Congreso Nacional lo declaró “héroe nacional”. Hoy, sus restos descansan en la bóveda familiar ubicada en el cementerio de Recoleta, junto con otras figuras influyentes de la historia y la cultura argentina.