Muchas personas amantes de los perros acarician a esos animales cuando se los cruzan en la calle; sobre esta realidad se hizo un estudio psicológico que indicó que características de personalidad tendrían. Al mismo tiempo, los expertos indicaron qué beneficios trae para la mente humana tener contacto con perros.
Una investigación hecha por varias universidades estadounidenses en conjunto dio a conocer que acariciar animales no es solo una cuestión de expresar amor sino que tiene consecuencias directas en el entramado mental de las personas e incluso en lo físico: el ritmo del corazón se estabiliza, baja la presión arterial y las tensiones y el estrés se reducen notoriamente. Los psicólogos recomiendan acariciar perros e interacturar con ellos para ayudar al equilibro emocional.
Aquellas personas que suele acariciar perros en la vía pública comparten ciertos ragos de personalidad en común, relacionados con andar por la vida con liviandad, disfrutar de cada momento, ser pacientes, empáticos y apasionados. Al mismo tiempo, ese tipo de humanos compartiría el gusto por estar afuera y aprovechar sus momentos libres para conectar con la naturaleza y el aire libre.
Por otro lado, cuando no se trata de un perro random sino que de una mascota propia, los beneficios del contacto con animales se potencia aún más ya que hay un vínculo por medio que, además de bajar el estrés y relajarte, genera una sensación de refugio aún mayor.
Cuidados que hay que tener con un perro como mascota
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Alimentación adecuada: un perro necesita una dieta equilibrada que se adapte a su edad, tamaño y nivel de actividad. Lo ideal es darle alimento balanceado de buena calidad o dietas caseras supervisadas por un veterinario, evitando restos de comida humana que puedan ser dañinos.
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Hidratación constante: es fundamental que siempre tenga un recipiente con agua fresca y limpia, ya que la hidratación correcta previene problemas de salud y ayuda a regular la temperatura corporal.
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Ejercicio diario: los paseos y el juego no solo mantienen al perro en forma, sino que también reducen el estrés y previenen conductas destructivas. La cantidad de actividad depende de la raza y la energía de cada animal, pero en todos los casos es esencial.
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Espacio y comodidad: un perro necesita un lugar seguro, limpio y protegido donde descansar. Puede ser dentro del hogar o en un patio, pero siempre debe contar con refugio contra el frío, el calor y la lluvia.
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Controles veterinarios: las visitas regulares al veterinario permiten mantener al día las vacunas, aplicar desparasitaciones internas y externas y detectar a tiempo cualquier problema de salud.
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Higiene general: el cepillado frecuente mantiene el pelaje sano y reduce la caída de pelo. Los baños deben hacerse con productos específicos para perros, mientras que el cuidado de uñas, orejas y dientes ayuda a prevenir infecciones y molestias.
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Estimulación mental y social: los perros no solo necesitan ejercicio físico, sino también actividades que los desafíen mentalmente. Los juegos, juguetes interactivos y el contacto con otras personas o animales favorecen su bienestar emocional.
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Afecto y compañía: más allá de los cuidados físicos, un perro necesita sentirse parte de la familia. Pasar tiempo con él, darle cariño y evitar que pase demasiadas horas solo son claves para que crezca equilibrado y feliz.