Una famosa actriz se enteró que su marido la engañó con Susana Giménez: "Ilusa"

La actriz uruguaya reveló cómo se enteró del romance entre su entonces esposo, Jorge Rama, y la diva argentina. “Me enteré por una tapa de revista, no lo podía creer”, recordó. 

11 de noviembre, 2025 | 19.49

Eunice Castro revivió uno de los episodios más dolorosos de su vida personal: el día en que descubrió que su marido, Jorge Rama, la engañaba con Susana Giménez. Sin sospechas previas ni señales de alerta, la actriz uruguaya se enteró de la infidelidad de la manera más inesperada y pública posible: a través de una tapa de revista que vio por televisión.

“Veo la revista en la tele, en Intrusos. Me enteré que mi marido estaba con Susana por CARAS. No lo podía creer”, recordó en diálogo con Héctor Maugeri en el programa +CARAS. En aquel momento, Eunice llevaba cuatro años casada y —según contó— la relación estaba bien. “No lo creí. No entendía. Estaba totalmente ilusa”, confesó.

Cuando Jorge Rama regresó a su casa, ella lo enfrentó. Su respuesta fue rápida y evasiva: “Es prensa. Son negocios. Es trabajo”. Pero la excusa no alcanzó. La verdad ya estaba expuesta en todos los medios: fotos de Rama y Susana caminando juntos por Punta del Este, sonrientes y relajados. “Fue un día. Le dije que no viniera a dormir. Que no volviera más. Y no volvió”, relató con firmeza.

La reflexión de Eunice Castro

La separación fue inmediata, sin dramatismos ni segundas oportunidades. Tres meses después, el divorcio estaba firmado. “Las cartas estaban sobre la mesa. No había nada que hablar”, recordó. Con el tiempo, Eunice dejó claro que nunca culpó a Susana Giménez. “No la conozco. La respeto muchísimo. Siempre la admiré como conductora y como artista”, aclaró.

Durante años, la prensa intentó enfrentarla con la diva, pero ella se negó a entrar en ese juego. “Si hay algo que me enseñaron en mi casa fue la ética y la moral. Los engaños existen. Las separaciones también. Nadie está exento”, reflexionó. Lo que sí sintió fue decepción: “Me sentí decepcionada, no enojada. Decepcionada por no poder hablar, por no tener una explicación clara”.