La fruterías y verdulerías están repletas de opciones llenas de nutrientes y beneficios a la salud. Precisamente, las frutas tropicales son de las más elegidas por su sabor, variedad y colores, pero existe una en particular que tiene diversos beneficios y muchas personas pasan por alto a la hora de hacer sus compras.
Se trata de la papaya, una opción que suele pasar desapercibida frente a otras frutas más comunes. Originaria de México y Centroamérica, es una fuente inigualable de nutrientes y beneficios para la salud que merecen mayor atención. Y aunque es más posible de conseguir en temporadas de verano, es clave conocer sus beneficios para sumarla a la ingesta diaria.
Por un lado, una taza de papaya picada proporciona una cantidad significativa de vitamina C, cubriendo fácilmente la ingesta diaria recomendada. Esta vitamina es esencial para fortalecer el sistema inmunológico, ya que estimula la actividad de los glóbulos blancos, ayudando al cuerpo a combatir infecciones y enfermedades. Además, la papaya es rica en antioxidantes como el licopeno y otros carotenoides, que neutralizan los radicales libres en el organismo. Estos compuestos no solo ayudan a reducir el riesgo de enfermedades crónicas como el cáncer y las enfermedades cardíacas, sino que también contribuyen a mantener una piel saludable y joven.
Por si esto fuera poco, en términos de digestión, la papaya contiene papaína, una enzima que facilita la descomposición de las proteínas, mejorando la digestión y aliviando problemas como la indigestión y el estreñimiento. Su alto contenido de fibra también promueve la regularidad intestinal y puede ayudar a mantener niveles saludables de colesterol y azúcar en la sangre.
Cómo consumir la papaya para aprovechar sus nutrientes
La papaya es una fruta muy versatil ya que, para ser tropical, no tiene un gusto dulce tan invasivo. Por este motivo puede disfrutarse fresca, en jugos, batidos o ensaladas, pero también se incorpora fácilmente en preparaciones saladas. Para maximizar sus beneficios, se recomienda consumirla cruda, ya que el calor puede reducir parte de su contenido enzimático y vitamínico. También es ideal acompañarla con una fuente de grasas saludables como yogur natural, nueces o semillas para facilitar la absorción de sus carotenoides.
Casi nadie lo hace bien: las frutas que nunca hay que guardar en la heladera, según expertos
Muchas de estas frutas se deben dejar afuera a temperatura ambiente. Por esta razón, antes de acomodar tus frutas cuando vuelvas de la verdulería, asegurate de investigar cuáles se deben refrigerar y cuáles no para evitar inconvenientes. De hecho, son muy pocas las frutas que se aconseja guardar en la heladera, y únicamente en condiciones especiales, como días de mucho calor.
La principales que deben mantenerse a temperatura ambiente para que no se dañe su estructura son la banana, los duraznos, las paltas, los tomates, las ciruelas, el melón y la mayoría de las tropicales, como kiwi, mango o ananá. Generalmente se debe a que estas frutas continúan su proceso de maduración luego de ser cosechadas y el frío puede interrumpirlo, dando como resultado frutas con poco sabor.