La gastronomía francesa siempre ha sido sinónimo de elegancia, sabor refinado y presentaciones que deleitan tanto al paladar como a la vista. Desde los clásicos como el tartare de bœuf hasta las irresistibles tartes tatin, los sabores del país galo ocupan un lugar privilegiado entre los más exquisitos del mundo.
En Buenos Aires, donde la cultura culinaria es una verdadera pasión, también hay lugar para experimentar este espíritu bon vivant que define a la cocina francesa. Y lo mejor: no hace falta cruzar el Atlántico para sentirse en el sur de Francia. En pleno Palermo, hay un rincón que lo replica con una propuesta que combina arte, platos de autor y una experiencia nocturna inolvidable.
BAGA: una joya francesa en el corazón del Hipódromo de Palermo
Ubicado dentro del Hipódromo Argentino de Palermo, en Avenida del Libertador 4101, BAGA es mucho más que un restaurante: es una experiencia multisensorial. Desde su ambientación elegante con guiños art decó hasta su cuidada propuesta artística, este espacio se presenta como un rincón francés en plena Ciudad de Buenos Aires. Las paredes del salón, decoradas con obras seleccionadas por el artista Alfredo Segatori, marcan el tono de una noche donde cada detalle importa. Iluminación tenue, mesas impecablemente vestidas y una gran barra de mármol blanco completan la postal.
La propuesta gastronómica está en manos del reconocido chef Dante Liporace, quien conjuga con maestría los sabores de la cocina francesa con productos y guiños locales. En su carta, se destacan platos como el tartare de bœuf (lomo marinado con milhojas de papa y romesco), la provoleta brûlée o el civet d’osobuco, una fusión de osobuco, provoleta grillada y tomates cherry caramelizados. Para los amantes de la pasta, el rigatoni à la vodka & truite ofrece una combinación audaz entre trucha curada y salsa de vodka con tartar de tomate.
Y para coronar la velada, nada como el toque dulce: tarte tatin con helado de vainilla o un fondant au chocolat con crema inglesa de mate. Pero en BAGA la noche no termina con el postre. A partir de las 23:30, la atmósfera cambia: luces más bajas, música en alza y una celebración que invita al movimiento. Camareros con bengalas y botellas de espumante recorren el salón mientras el DJ despliega una selección que va del lounge al deep house, creando el clima ideal para extender la experiencia.
La barra tiene protagonismo propio, con tragos elaborados con espirituosas premium, jugos naturales y una cuidada cristalería. Además, hay champagne francés y vinos seleccionados tanto nacionales como internacionales.
BAGA abre sus puertas de jueves a sábados, de 21 a 2 de la madrugada, y promete ser ese rincón del sur de Francia que no sabías que existía en Buenos Aires. Un plan perfecto para quienes buscan algo más que salir a cenar: una noche para recordar.
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