El Gobierno de Perú redujo significativamente el área protegida de las famosas líneas de Nasca, una medida que expertos temen que pueda dejar a los milenarios geoglifos bajo la amenaza de cientos de cercanas minas informales.
El ministerio de Cultura informó la semana pasada "la actualización" del tamaño de la zona protegida en Nasca, a 3.200 kilómetros cuadrados desde 5.600 kilómetros cuadrados, argumentando que estudios topográficos y arqueológicos delimitaron con más precisión el área patrimonial real.
Las líneas de Nasca, a unos 400 kilómetros sur de Lima, son surcos en un desierto con más de 800 dibujos de animales, plantas, figuras geométricas y antropomorfas hechas hace más de 1.500 años y que sólo pueden ser apreciados desde el aire.
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En la zona destacan figuras de colibrí, mono, araña, perro, pelícano, ballena y lagarto, entre otros, sobre una tierra oscura en la superficie y clara bajo tierra que se han mantenido por el clima estable de 25 grados centígrados, que hace que el viento se desvíe y disminuya la erosión, según expertos.
Según registros del ministerio de Energía y Minas de Perú, unos 362 pequeños mineros o mineros artesanales de oro están inscritos en un programa de formalización llamado REINFO en el distrito de Nasca, donde las autoridades y la policía reprimido antes la minería ilegal.
El programa REINFO es aprovechado por mineros ilegales que someten a los pequeños o les roban su producción en alianza con bandas criminales, según la policía y fuentes de la industria.
La minería ilegal, que ha generado una ola de violencia en el país, mueve más dinero que el narcotráfico, unos 3.000 millones de dólares cada año, según el Gobierno y la policía.
"Las principales amenazas que tienen las líneas de Nasca son la minería informal que opera en los alrededores e incluso dentro del área protegida", dijo a Reuters el arqueólogo, Pieter Van Dalen, director del gremio de arqueólogos del Perú.
"Es una situación muy lamentable y que ahora se reduzca el área considerablemente, bajo la justificación de que es un área muy grande, de que no se puede controlar", agregó el experto.
Según la UNESCO, que declaró a las líneas de Nasca como patrimonio de la humanidad en 1994, los geoglifos de Nasca y en la vecina localidad de Palpa cubren 450 kilómetros cuadrados.
El ministro de Energía y Minas, Jorge Montero, admitió el martes que el distrito de Nasca operan pequeños mineros artesanales, que deberán ahora formalizarse para trabajar.
"Estamos evaluando para entender cómo eso impacta el status de la pequeña minería y minería artesanal que está trabajando ahí, que está trabajando en esa zona que antes era parte del polígono cultural de Nasca y ahora ya no lo es", afirmó.
Las líneas de Nasca es una zona en constante estudio.
En septiembre del año pasado, un equipo de investigadores anuncio el descubrimiento de 300 nuevos geoglifos en Nasca, mayormente de animales y figuras humanoides. Y en el 2020 se anunció el hallazgo de una figura de 37 metros de un felino con orejas puntiagudas dibujada en la colina de un cerro de la zona.
Con información de Reuters