Noviembre, el mes ideal para sembrar alimentos en Argentina

Noviembre es el mes ideal para sembrar en Argentina: el clima favorece el crecimiento de alimentos permitiendo una huerta llena de vida, sabor y bienestar.

29 de octubre, 2025 | 09.18

Noviembre llega con el sol más alto, los días más largos y esa energía de transición que anuncia el verano. Es, sin duda, uno de los mejores momentos del año para trabajar la huerta en Argentina. La tierra está tibia, las lluvias acompañan y el clima favorece el crecimiento de muchas plantas que más adelante llenarán tu mesa de color, sabor y frescura.

Este mes es ideal para quienes buscan aprovechar la temporada, ahorrar dinero y comer de manera más saludable. Sembrar tus propios alimentos no solo reduce los gastos en verdulería, sino que además te conecta con los ciclos naturales y te permite elegir alimentos libres de químicos, cultivados con tus propias manos.

Cuáles son los alimentos que hay que sembrar en noviembre

En noviembre, la huerta se llena de vida con las verduras y frutas típicas del calor. Tomates, morrones y zapallitos comienzan a tomar protagonismo: son los preferidos de quienes disfrutan ver cómo el jardín se convierte en una pequeña fábrica de alimentos. También es un momento perfecto para sembrar hojas verdes como lechuga, rúcula o acelga, que crecen rápido y pueden cosecharse de a poco, garantizando una producción constante durante todo el verano.

Las aromáticas tampoco pueden faltar. La albahaca es la estrella del mes: ama el calor y perfuma todo a su alrededor. Si la acompañás con lavanda o romero, además de embellecer el espacio, atraerás polinizadores y mantendrás alejadas varias plagas, favoreciendo el equilibrio natural de la huerta.

Sembrar tus propios alimentos te permite llevar una alimentación mucho más saludable.

En cuanto a las frutas, las frutillas comienzan a florecer y dar sus primeros frutos, mientras que melones y sandías agradecen los días templados y el riego constante. Si contás con más espacio, podés animarte a plantar durazneros o ciruelos jóvenes, que con el tiempo se transformarán en una fuente de dulzura natural.

El secreto de noviembre está en observar y acompañar. Regar temprano o al atardecer para evitar la evaporación, airear la tierra y sumar compost o abono natural son pequeños gestos que marcan la diferencia. Cada semilla plantada hoy puede convertirse en alimento, en ahorro y, sobre todo, en bienestar.