Científicos del CONICET descubrieron que el tuco-tuco, un roedor subterráneo que habita mayormente en la provincia de Neuquén, específicamente en una estrecha franja del Parque Nacional Huapi, tiene la capacidad de comunicarse utilizando sonidos ultrasónicos, imposibles de captar por el oído humano.
Este descubrimiento, liderado por especialistas de dicho organismo científico nacional y publicado en la revista Journal of Zoology, constituye la evidencia más contundente hasta el momento de que esta especie cuenta con un repertorio vocal mucho más complejo de lo que se creía.
Para Juan Pablo Amaya, autor del estudio e investigador del CONICET en el Centro de Investigación e Innovación Tecnológica (CENIIT-UNLaR), estos hallazgos “abren una nueva ventana para entender cómo evolucionan las formas de comunicación acústica en animales que pasan buena parte de su vida bajo tierra”.
El desarrollo de la investigación del CONICET
Para estudiar su forma de comunicarse, la investigación se desarrolló en el Museo de Zoología de Vertebrados de la Universidad de California, en Berkeley. Allí, se encuentra mantenida la única colonia cautiva de esta especie en el mundo.
En instalaciones especialmente diseñadas, los científicos utilizaron equipamiento que registra ultrasonido en simultáneo con video, lo que permitió asociar cada vocalización con una conducta específica.
El análisis de las grabaciones reveló que estos roedores producen variados sonidos de alta frecuencia, muchos de ellos por encima del rango que los humanos pueden detectar. Sus emisiones aparecen en momentos de contacto estrecho con miembros del mismo grupo, sobre todo en interacciones tranquilas y cooperativas. Como señalan los investigadores, “la mayoría de las vocalizaciones se registran cuando el macho se encuentra junto a una o más hembras”.
Cómo es el tuco-tuco, el llamativo roedor del sur argentino
El tuco-tuco cumple un rol esencial en el equilibrio del ecosistema: modifica el suelo excavando túneles, ayuda a la regulación del clima y contribuye a la calidad del agua en su entorno.
En general, se los considera animales solitarios pero el tuco-tuco colonial rompe con esa regla: vive en comunidad, comparte nidos y recorre túneles que son utilizados por todos los integrantes del grupo. Ese modo de vida social intensifica la necesidad de una comunicación eficaz entre ellos y ahí es donde el ultrasonido se vuelve protagonista.
Este avance no solo permite conocer mejor a una especie emblemática de la Patagonia, sino que también ofrece pistas clave para estudiar cómo se comunican otras especies subterráneas y cuál es el rol del ultrasonido en su vida diaria.
