En medio de la vastedad de opciones que ofrece Argentina para aprovechar el verano 2026, aparece una escapada poco conocida que podría resultar realmente millonaria: un río donde se pueden encontrar “pepitas” de oro. Se trata del Río Amarillo, en la provincia de San Luis, cercano al pueblo de La Carolina y a la ladera del cerro Tomolosta.
Este destino recuperó una tradición de más de 240 años: los visitantes pueden recolectar arena del río, usar una pala y una fuente de madera, también llamada “sombrero chino”, para filtrar los sedimentos. Al remover el agua y eliminar los materiales más livianos, pueden quedar al fondo pequeñas pepitas de oro, de entre 17 y 22 quilates, que podrían llegar a valer alrededor de $70.000 por gramo.
Además, el pequeño pueblo de La Carolina, con apenas unos 300 habitantes, fue reconocido por la Organización Mundial del Turismo (OMT) como uno de los destinos más atractivos por su encanto natural y cultural. Así, este rincón ofrece tanto aventura como calma y desconexión para quienes buscan un descanso distinto al habitual.
Un destino millonario: por qué hay oro en este río
El oro que aparece en el lecho del río es el resultado de procesos geológicos que actúan durante millones de años. En la región suelen existir vetas de cuarzo y rocas metamórficas que contienen pequeñas cantidades de oro. Con el tiempo, la lluvia, la intemperie y la acción de ríos y arroyos desgastan esas rocas y liberan minúsculas partículas de metal.
El agua las transporta río abajo hasta zonas donde la corriente pierde velocidad, curvas, remansos, detrás de piedras grandes o en bancos de arena. Como el oro es muy denso, se deposita antes que los materiales más ligeros; este proceso se conoce como formación de depósitos aluviales o placeres. Esos microfragmentos y pepitas acumuladas en el lecho son justamente los que los aficionados pueden recuperar usando técnicas simples de criba y bateo.
Cómo llegar a La Carolina
La Carolina se encuentra a unos 80 kilómetros de la ciudad de San Luis, y el acceso es sencillo por la Ruta Provincial 9, que atraviesa paisajes serranos espectaculares. El trayecto en auto demora aproximadamente una hora y media, y también se puede llegar mediante excursiones turísticas que parten desde San Luis capital o desde Merlo.
El camino, asfaltado en la mayor parte de su recorrido, invita a disfrutar de miradores naturales, quebradas y valles antes de llegar a este histórico pueblo minero donde el oro todavía brilla en el agua.
