Máxima Zorreguieta, reina de los Países Bajos, arribó el viernes 29 de diciembre de 2025 a Bariloche junto a su esposo, el rey Guillermo, y sus hijas Catalina, Alexia y Ariane de Orange para instalarse en la estancia familiar Pilpilcurá, ubicada a unos 75 kilómetros de Bariloche. Este viaje sucede luego de una estadía previa en El Calafate, donde la familia celebró la Navidad y recibió el año nuevo en 2025.
La estancia Pilpilcurá, que la reina adquirió en 2009, se extiende sobre un terreno de 3.000 hectáreas y combina la típica arquitectura patagónica con servicios exclusivos, manteniendo un perfil boutique con solo cinco habitaciones. El lugar está administrado por Marta Marcela Cerruti Carricart, tía y madrina de Máxima, y también es donde se hospeda junto a su madre, María del Carmen Cerruti Carricart.
Este complejo turístico ofrece múltiples actividades al aire libre, como pesca con mosca, cabalgatas, trekking y visitas a cuevas con pinturas rupestres. Además, cuenta con una huerta propia y cría ganado Hereford, reflejando un compromiso con la naturaleza y la cultura local. En el restaurante de la estancia, se destacan desayunos con repostería artesanal y almuerzos basados en ingredientes frescos de la región, reforzando la conexión con los sabores patagónicos.
La llegada de la familia real neerlandesa se dio en un vuelo privado al aeropuerto Teniente Luis Candelaria, pasadas las 14 horas, con un fuerte operativo de seguridad. La discreción caracteriza sus estadías: el año anterior, durante su visita a Villa La Angostura, Máxima y sus hijas se mostraron con un perfil sencillo y reservado, incluso fueron vistas en el restaurante Tinto Bistró, propiedad del hermano de la reina, donde las princesas llamaron la atención por su conducta modesta.
Desde que Máxima compró la estancia, se enfocó en mejorar el confort y la privacidad, como en la renovación de la acústica en las suites. Este lugar no solo es un refugio para la familia real, sino que también fue visitado en 2016 por el entonces presidente Mauricio Macri, junto a su esposa Juliana Awada y su hija Antonia, lo que subraya su relevancia como espacio exclusivo.
La conexión gastronómica de Máxima con Argentina
Antes de viajar a Argentina, a comienzos de diciembre de 2025, Máxima sorprendió con una visita informal a Amsterdam Baking Company, una pastelería fundada por argentinas en Ámsterdam. Allí, eligió como favorito el clásico alfajor de maicena, un dulce que le recuerda su infancia. La reina se mostró interesada en la producción artesanal y la historia del negocio, demostrando su aprecio por las tradiciones argentinas.
El alfajor de maicena combina dos tapas suaves hechas con maicena y harina, rellenas con dulce de leche y decoradas con coco rallado, un sabor tradicional que Máxima decidió llevar a su residencia real. Este gesto refleja su vínculo especial con la cultura de su país natal, a pesar de su rol en la realeza europea.
