Cómo hacer pan integral casero: receta fácil y detallada paso a paso

Aprendé a hacer tu propio pan integral con esta receta simple de Paulina Cocina, ideal para congelar.

26 de diciembre, 2025 | 15.44

Hacer pan integral casero es una de esas experiencias de cocina que transforman: llena la casa de un aroma incomparable y te da la satisfacción de crear algo delicioso y saludable con tus propias manos.

Si alguna vez pensaste que era muy complicado, esta receta fácil de Paulina Cocina viene a demostrar lo contrario. Con levadura en polvo (esa que viene en sobresito) y un proceso claro, vas a lograr un pan esponjoso, con el sabor auténtico de lo integral y el plus crujiente de las semillas. Lo mejor: podés hacer varios, congelarlos en rodajas y tener desayunos o acompañamientos en un instante.

 

Ingredientes para un pan espectacular

Para esta receta, vas a necesitar ingredientes sencillos que seguramente tenés en tu alacena o conseguís en cualquier almacén. La combinación de harinas da un resultado perfecto: la integral aporta el carácter y la blanca ayuda a que la masa leve bien.

  • 2 tazas de harina integral

  • 1/2 taza de harina común (000)

  • 1 sobrecito (8g) de levadura seca en polvo

  • 2 cucharadas de azúcar (activa la levadura)

  • 1 cucharadita de sal

  • 1 taza de leche tibia (no caliente)

  • 2 cucharadas de aceite de oliva (puede ser común, pero el de oliva es mejor)

  • 1 huevo

  • Para decorar: Semillas a gusto (sésamo, girasol, lino, chía), un poco de agua para pegarlas.

Es clave amasar bien y dejar levar la masa dos veces.

El paso a paso infalible para tu pan integral

 

  1. Mezclá los secos: En un bol grande, colocá las dos harinas, el azúcar, la sal y la levadura en polvo. Revolvé bien con un tenedor para que todo se integre por completo. Este primer mezclado es importante para que la levadura se distribuya pareja.

  2. Incorporá los líquidos: Formá un hueco en el centro de la mezcla y volcá la leche tibia de a poco. Empezá a unir con una mano o una cuchara de madera. Agregá el huevo y el aceite de oliva, y seguí mezclando hasta que no quede harina seca. Vas a tener una masa pegajosa.

  3. Amasá con energía: Espolvoreá un poco de harina común sobre la mesada (unos 2-3 cucharadas) y volcá la masa. Comenzá a amasarla durante unos 10 minutos. No te asustes por lo húmeda; a medida que amases, se irá volviendo más lisa y elástica. Si sigue pegándose mucho, agregá harina blanca de a cucharaditas, pero solo lo necesario.

  4. Primer levado: Formá un bollo, colocalo en un bol limpio y tapalo con un repasador limpio y seco. Dejalo reposar por solo 10 minutos en un lugar sin corrientes de aire. Este levado corto es suficiente para esta receta.

  5. Dale forma: Pasado ese tiempo, estirá la masa ligeramente sobre la mesada (sin desgasificar demasiado) y enrollala sobre sí misma para darle la clásica forma de pan de molde. Apretá bien la unión final para que no se abra al hornear.

  6. Segundo levado: Engrasá una budinera o molde para pan con un poquito de aceite. Colocá la masa adentro con la unión hacia abajo. Tapala nuevamente con el repasador y dejá que leve ahora por 35 minutos. Verás que duplica su volumen. Mientras, precalentá el horno a 200°C (fuerte).

  7. Horneá: Antes de meterlo al horno, pincelá la superficie del pan con un poco de agua y esparcí semillas a gusto (sésamo, girasol, lino). El agua hace que se peguen. Para un efecto corteza más crujiente, lanzá unas gotitas de agua sobre las paredes del horno caliente para generar vapor. Horneá por 30 minutos o hasta que al golpear la base suene a hueco.

  8. Enfriá y disfrutá: Sacá el pan del molde y dejalo enfriar por completo sobre una rejilla. Es fundamental no cortarlo caliente, porque se desarma. Una vez frío, podés rebanarlo y guardarlo.